La conocida empresaria de la moda y creadora Maite Arias viajó un año más a París para realizar las compras de la gran moda que se venderá en sus tiendas el próximo otoño -invierno. Maite trabaja en un mundo que conozco bien, y con nombres a los que si no eres un profesional y un conocedor absolutamente perfecto, con sostén económico incluido, y tiendas a la altura, además de buena imagen durante decenios, es imposible acceder. A ella en Dior se la recibe como a una reina de la moda, que lo es. Lo escribo y digo de verdad. Estar donde está Maite hoy es prácticamente imposible.
Vender lo que ella tiene la fortuna de vender, sobrevivir durante años sin haber protagonizado jamás un momento que no fuera bello es admirable y le debemos de estar muy agradecidos, y más en esta Isla donde hay pocas grandes firmas. Es lo que les decía del marketing dichoso. Ibiza vende caro, nosotros deberíamos imitarlo. Pues bien, dicho esto sigamos a Maite en su privilegiada estancia en Dior Paris, con una tienda redecorada e impresionante que dejó a la dama impresionada y una colección que es, según ella, lo más de la temporada.
Sin rival de ningún tipo y adonde la gente peregrina como a un santuario. Maite en París es todavía más sofisticada, disfruta de la moda y de su mundo como nadie, eso sí, concentrada al máximo porque de una buena compra depende el futuro de la empresa. Maite, gracias por todo lo que nos das, que es todo un mundo mágico, elegante, roqueramente formal. Con sus inmensas perlas en las orejas, siempre. Como diría ella, el éxito es fruto de mucho trabajo, y estar donde hay que estar también.