En la casa donde vivió tantos años junto a su marido, Alfonso Juan de Sentmenat Fontcuberta, y sus suegros los condes de Ribas, la ya conocida y querida por todos Bellagre, de los Juan de Sentmenat Fontcuberta, celebró su cumpleaños. Efectivamente Beatriz es la madre de nuestra María, de Trili y de un varón, Alfonso Juan de Sentmenat y Lerdo de Tejada. Todos la han hecho abuela y ella, que llegó a esta Isla siendo casi una niña que trabajaba de azafata como hacían entonces las niñas bien, y Beatriz lo era y lo es, pues pertenece y está entroncada con lo más granado de la nobleza española, encajó en la sociedad mallorquina como un guante y ha sabido como señora que es a las sorpresas que le ha dado la vida sin perder la chispa ni el brillo que siempre hay en sus ojos.
Lo bonito de Chata, que es como la conocemos, y lo que mejor ha hecho en la vida es criar a buena gente, que es su familia y su larga lista de amigas que la adoran y que no quisieron faltar a esta cita tan especial. Se sirvió un almuerzo con sabor a pino, a golf, a césped recién cortado y a sol. Lo digo no porque la comida exquisita supiera o estuviera inspirada en ello, sino porque la gran afición de la cumpleañera es el golf, y todo lo que la envuelve siempre tiene ese aroma elegantemente deportivo que la mantiene en perfecta forma física. Felicidades querida Chata, que sean muchos más. Acabo con otro cumple.