La boda se celebró un maravilloso día soleado típico de junio, cuando el calor todavía nos dejaba respirar. Ante la incertidumbre del tiempo, los novios, los guapísimos Salva Rodríguez y Eli Pujol, llevaron huevos a Santa Clara, que nos les falló. Fue una ceremonia tranquila que reflejaba su carácter, muy familiar y emotiva, con un toque romántico que llegó a su máxima expresión cuando Christian al saxo y el cantante Roxi al micro pusieron toda su energía, tanto que empezó a llover regalando a todos un atardecer y un momento mágico para no olvidar.
Ya estaban casados, la lluvia apareció tras el postre, cuando las copas ya ejercían su función festiva. El caso es que los momentos más importantes no se vieron empañados por la lluvia. El primero en dejarse ver, para recibir a los invitados como debe ser, fue el novio, vestido por Unick Shop. Estaba muy cool con un aire casual que encantó a todos. La boda se celebró en la finca Only Summer en Llubí , en un entorno mágico, que sedujo a los novios desde el principio.
Estuvieron muy implicados en la organización, aunque contaron con la ayuda de Bodas de Lux para llevar a cabo la boda, el catering gastroacustic, con un servicio espectacular, la bebida de Bodegas Túnel, cuyos propietarios, Antonia Garau y Gabriel Morey, son los padrinos del novio, y la fotógrafa Puy Cermeño, que se encargó de inmortalizar el momento.
La llegada de la novia dejó a todos en silencio, porque es bella, pero ese día estaba espectacular vestida con un fabuloso vestido de Rue de Sein. En lugar de un ramo de flores iba con un gran abanico de plumas, que no dejó indiferente a nadie.
La boda fue boho y todos los invitados iban acordes al estilo informal, pero elegante, que era el deseo de los novios. La encargada de llevar los anillos fue Cloe, hija de Lola Rodríguez. Estaba preciosa, al igual que su madre. Fue un gran día para todos y desde aquí les deseamos felicidad eterna. Sigo con música.