Son Vida, en una de sus grandes casas, asistimos a uno de los almuerzos más distinguidos del verano puesto que tanto los anfitriones como sus invitados eran lo más top, no solo por su origen, o por lo que son o algún día fueron, descendientes de príncipes y reyes, si no porque a la mesa de Lynna y Marwan Kalo se sentó una representación de lo que es la Mallorca de hoy, esto es, multicultural, multiracial, extremadamente cosmopolita y respetuosa con las tradiciones de esta tierra que es integradora y cálida por naturaleza.
Lynna y Marwan son libaneses, abandonaron Beirut pocas horas antes de la explosión que destrozó la ciudad, algo que denominan milagro pues su residencia resultó afectada pues se encuentra en el mejor barrio de la ciudad, muy cercano al lugar de la explosión. En fin, no sigo por ahí, aunque quería anotarlo por aquello del destino. Nuestros anfitriones viven entre Beirut, Londres y Palma pero sus orígenes se remontan a Georgia, al Imperio Turco, y al exilio de sus aristócratas. Una historia digna de libro que un día les contaremos.
Su hijo Hadi Kalo vive entre Londres y Uzbekistán donde lleva los negocios de su familia. El parisino Alain Perl y su esposa Fátima Farkhadi, bellísima y cultísima, nació en la antigua Unión Soviética y lleva ya 25 años viviendo en Mallorca, forman una pareja encantadora, un compendio de la Europa de hoy, la que se extiende hasta las fronteras de China cruzando Rusia en una mezcla de culturas, que es lo que ha sido siempre la cultura de Mallorca.
No faltó la estupenda Donna Brady, una de las señoras de la sociedad mallorquina mejor relacionadas nacional e internacionalmente, merecedora también de una biografía de amor y lujo, y poder. Pero es demasiado discreta, ya la convenceremos. Y los protagonistas involuntarios del almuerzo, los recién casados Mariano de España y Cuca Alcover, mallorquines de lujo, que se mostraban felices, relajados y muy enamorados tras haber celebrado una boda discreta este agosto pasado en su possesió, la icónica Pastoritx. Cuca estaba especialmente radiante y más guapa que nunca así que aprovechamos para felicitarlos y desearles una larga y feliz vida en común.
El almuerzo, que se sirvió en la terraza con vistas increíblemente bellas al mar tras la piscina, fue delicioso, pues se sirvieron platos de la cocina libanesa que es una de las mejores del mundo, y una coca de cebolla caramelizada con higos hecha por la cocinera de la casa que era una auténtica delicias. Gracias Lynna por este día tan bonito en una de las casas más elegantes de Mallorca, y miren que hay muchas.