El incendio forestal de alta intensidad iniciado este pasado lunes en Paüls (Tarragona) afecta ya una superficie de 2.899 hectáreas y ha obligado a confinar en sus casas a 18.000 vecinos de siete poblaciones de la zona, según los equipos de emergencias de la Generalitat catalana.
En concreto, Protección Civil ha ordenado el confinamiento en sus casas de los vecinos de los municipios de Paüls, Xerta, Alfara de Carles, Aldover, Tivenys y Roquetes y de los barrios de Bitem, Jesús y els Reguers de Tortosa, lo que afecta a una población total de 18.000 personas.
Además, a los 1.200 vecinos de las poblaciones de Pinell de Brai y de Prat de Compte se les ha ordenado un confinamiento parcial, ya que pueden salir de sus casas pero se ha limitado su movilidad para que no salgan del municipio.
Según el último balance de los Agentes Rurales, con datos de las 10.00 horas, el incendio de Paüls afecta ya a una superficie de unas 2.899 hectáreas, en su mayoría de zona forestal. La consellera de Interior de la Generalitat, Núria Parlon, ha advertido que «aún quedan horas críticas en relación a la extinción de este incendio». Lo ha dicho en una comparecencia ante los medios esta mañana en el Centro de mando de los Bomberos de la Generalitat.
«De acuerdo con la evolución de la labor de los Bomberos tomaremos decisiones en relación a este confinamiento», ha indicado la consellera, que ha instado a la población a seguir las instrucciones y recomendaciones que se hacen desde Protección Civil. Parlon también ha informado de que más de 100 militares de la UME se incorporan esta mañana a las labores de extinción del fuego con medios aéreos.
La consellera ha señalado que la Generalitat decidió que era necesario activar a la UME «para poder combatir la virulencia de este incendio a lo largo del día de hoy y sobre todo también disponer de estos medios por si se reproducían incendios en distintos sitios», con el fin de tener una capacidad operativa mayor.
Parlon ha explicado que más de 300 bomberos han estado trabajando toda la noche contra el fuego, y que el flanco izquierdo del incendio ha traspasado la carretera que va de Paüls a Xerta, lo que «ha dificultado mucho toda la labor de extinción».
Sin embargo, se ha conseguido que el fuego no traspasase el Ebro y se dirigiera hacia el valle de Cardó, «que era uno de los temas que más preocupaba».
Antes de las 08:00 horas se han vuelto a activar los medios aéreos, lo que, según la consellera, «debe permitir poder ir perimetrando (el incendio) y estabilizarlo en las próximas horas».
La consellera ha añadido que se espera que a partir de las 14:00 horas se reduzca el fuerte viento, entre el viento de marinada y «se pueda trabajar con mejores condiciones».
Por su parte, el jefe de los bomberos, el inspector David Borrell, ha remarcado que las tareas de extinción del juego se complicaron por la noche porque el viento empezó a soplar con más fuerza a partir de las 22:00 horas.
«Aunque esperábamos el viento fuerte, nos ha sorprendido la fuerza que ha tenido. Hemos estado trabajando toda la noche de forma muy precaria, muy dura, y hemos estado protegiendo a la población. Por la noche, la sensación de inseguridad es mayor y hemos tenido que atender bastantes alarmas y dar respuesta para que la población se sintiera segura», ha dicho Borrell.
Ha explicado que hubo focos secundarios que cruzaron el Ebro, «comprometiendo la sierra de Cardó», así como rebrotes importantes en Alfara de Carles.
Los bomberos continúan muy atentos a la evolución del viento, y por la tarde elaborarán un nuevo plan de acción para afrontar el incendio. «A partir del mediodía veremos cómo va avanzando el viento y se va comportando», ha señalado Borrell. «Esperamos que sean horas muy difíciles; por ello, los cortes de carreteras y los confinamientos previstos se mantienen», ha concluido el jefe de los bomberos.