Apenas algunos residentes que visitaban una farmacia próxima y los curiosos que se detenían al percatarse de la presencia de la Guardia Civil rompían la teórica calma de Cala Bona en pleno invierno. Con todas las persianas bajadas y los hoteles en obras o herméticamente cerrados, los apartamentos Sol y Mar eran la triste excepción. En su interior, un reducido grupo de okupas se atrincheraba en un par de apartamentos en los que operarios de la empresa gestora del establecimiento se esmeraban en cambiar los bombines tras el asalto masivo sufrido en la noche del martes y que llevó a la fuerza pública a tomar posiciones. Tras destrozar la recepción, se hicieron con todas las llaves y el poder para convertir los apartamentos en su negocio y subarrendarlos. La presencia de Ultima Hora incomoda a las pocas personas que rodean el hotel, alguno de ellos parte de un organizado grupo de profesionales de la okupación que avituallan a los que siguen dentro, defendiendo su posición ante la frustración de Miquel Deyà, el joven administrador del negocio.
Uno de sus empleados intenta impedir que los okupas avancen en el interior. Se han quedado sin suministro de luz y el agua lo recogen de la piscina. La entrada de la Benemérita les obliga a desaparecer para volver a escena con sus provocaciones, insultos y malas formas hacia los trabajadores y periodistas, que con el paso del día se multiplicaron.
Fuera, un coche de alta gama da vueltas, controla y surte de energía a los atrincherados para que no les falte un teléfono móvil con el que grabar todo lo que pase, labor de otro miembro de la organización, que envía mensajes de audio informando al detalle. Los agentes les conocen, saben qué quieren. Los vecinos, por contra, les temen. Andan preocupados y desde el domingo percibieron movimientos sospechosos. Algo inesperado cuando queda lejos el bullicio del verano en esa zona turística del Llevant, donde se ha sentado un peligroso precedente. Demasiado.
Pablo FaranaSolo faltaría que no pueda decidir siendo propietario si vender o no mi propiedad a quien me de la gana