«Mientras nos agredían nos grabaron con el móvil, nos dijeron que tenían nuestras caras y que nos iban a matar», es la declaración de la propietaria del piso, que desde este martes asegura vivir una auténtica pesadilla. «Tengo que vivir escondida, me tienen amenazada de muerte. Estoy aterrorizada, nunca imaginé que podría verme en una situación así», manifiesta la joven, que recuerda el inicio de esta historia: «Todo comenzó hace unos meses, cuando tuve que estar fuera por una urgencia familiar».
«Okuparon el piso e iniciamos una batalla judicial para echarlos fuera», explica la dueña del inmueble, que durante ese periodo de tiempo estuvo viviendo en la calle. «No tenía a donde ir, estuve quince días durmiendo en un parque hasta que una amiga me encontró y me acogió en su casa», recuerda emocionada entre lágrimas.
Fue en la mañana de este martes cuando logró recuperar la vivienda, por lo que acudió a reparar los desperfectos sufridos, sin ver venir lo que ocurriría horas más tarde. «Estaba yo sola cuando empecé a escuchar pasos, por lo que pedí a una vecina si podía venir alguien conmigo. Al rato se acercaron varios amigos, y cuando estábamos limpiando todo llamaron a la puerta. Eran los okupas, diciendo que querían hablar con nosotros, yo les dije que no tenía nada que hablar con ellos, que en todo caso con la policía, por lo que se pusieron muy violentos», relata la chica.
En ese instante, comenzó el intento de una sangrienta matanza. «Venían a matarnos, así que hicimos una barricada en la puerta con los muebles, que de poco sirvió, porque la tiraron abajo y entraron a por nosotros con palos y machetes. Nos acorralaron en el salón y varios de mis amigos trataron de huir por la ventana, mientras les agredían. Yo, en un momento dado me pude escapar e ir a la otra habitación, donde tenía a dos perros. Más tarde vinieron, me rajaron la sudadera con un cuchillo y quisieron lanzarlos por la ventana», asegura la dueña del piso.
La disputa no terminó aquí, les hicieron bajar a la calle a la fuerza para continuar profiriendo amenazas. «Nos arrastraron hasta el rellano del portal de abajo, nos grabaron con el móvil y nos dijeron que tenían nuestras caras, que nos buscarían y matarían», cuenta la joven, que ahora solo pide que se haga justicia. «Quiero que acaben todos en la cárcel para poder vivir tranquila y sin esconderme», concluye la denunciante.