Sin escrúpulos. Una mujer de nacionalidad portuguesa, de 52 años, ha sido detenida por la Policía Nacional acusada de un delito estafa y otro de usurpación. La mujer, se había ganado la confianza de un anciano, mallorquín de 84 años mientras estaba ingresado en el hospital, y durante unos meses le desvalijó por completo las cuentas bancarias.
Todas las alarmas saltaron cuando los hijos de la víctima se dieron cuenta de que su padre necesitaba dinero para poder hacer frente a los gastos ordinarios de la vivienda. Los familiares se quedaron muy extrañados dado que su progenitor es una persona viuda, con una buena paga y que recientemente había heredado unos 100.000 euros. Cuando empezaron a investigar un poco no tardaron en darse cuenta que estaba siendo víctima de una estafa y que la cuidadora era una presunta ladrona.
Tras interponer la correspondiente denuncia en sede policial, los agentes responsables del caso descubrieron que la portuguesa durante meses iba utilizando la tarjeta del anciano y realizando compras sin su consentimiento. Además, le sacaba dinero, compraba móviles y llegó a tener un total de 16 líneas telefónicas a nombre del octogenario. Una vez que tenía los teléfonos móviles de alta gama en su poder, los vendía y obtenía dinero en negro. Como dato llamativo destacar que incluso llegó a contratar cuentas de Netflix que luego cedía a sus amistades.
Este hombre, meses atrás, también había sido víctima de dos robos con fuerza en su domicilio. Cuando se detuvo al autor material de los robos se descubrió que era la actual pareja de la empleada desleal.