En las últimas semanas la zona de ocio nocturno de Cala Rajada se había convertido en una auténtica ciudad sin ley que parecía haber tomado el relevo de la Platja de Palma o Punta Ballena. Peleas multitudinarias, enfrentamientos entre clientes y porteros, o por actos vandálicos e incívicos, ocupaban las portadas de los diarios, páginas webs, redes sociales e incluso los informativos nacionales.
La alerta policial es significativa dado que, en menos de dos meses, trascendieron a la luz pública numerosos vídeos grabados por clientes y personal de las discotecas donde podía apreciarse graves enfrentamientos de diferentes grupos.
Por ese motivo, el Ayuntamiento de Capdepera decidió aplicar la «tolerancia cero» y tomar medidas contundentes para erradicar este tipo de comportamientos incívicos. Un equipo de Ultima Hora se empotra en uno de los operativos de vigilancia y control. El primer punto caliente es la zona de locales y discotecas de Cala Rajada. «Hasta las 23 horas el máximo de decibelios permitido es de 65. De las 23 horas hasta las 00:00 horas, baja a los 55 decibelios y al tocar la media noche, queda terminantemente prohibido la música en el exterior», comenta el agente responsable de practicar las sonometrías. Todos los locales estaban por debajo de los máximos permitidos.
A las 23 horas, arrancó un control de alcoholemia y drogas en la avenida Joan Carles I, justo a la entrada de Cala Rajada. Bajo la atenta mirada del inspector jefe de la Policía Local de Capdepera, Sebastià Morey, se practicaron ocho pruebas. Un conductor arrojó un resultado positivo de 0,38 por lo que fue sancionado de forma administrativa. «En Cala Rajada todos los días de verano es como si fueran fines de semana. Tenemos una gran afluencia de turistas y visitantes. Por ese motivo, reforzamos nuestra presencia en las zonas de ocio y montamos controles preventivos y disuasorios de alcohol y drogas en puntos estratégicos en las horas de entrada y salida de las noches de fiesta», comenta Morey.
Finalizado el control, los policías se dirigen de nuevo a la zona de ocio. Vuelven a comprobar que se respetan los límites de sonido permitidos y arranca el dispositivo de seguridad de la zona con la finalidad de evitar peleas y agresiones múltiples. Su presencia evita enfrentamientos y los pequeños conatos de violencia son erradicados por completo de raíz. «Desde el Ayuntamiento apostamos por dotar a nuestros agentes de nuevos medidores de sonometrías, ampliar plantilla y contar con más efectivos. La seguridad de residentes y turistas es básica para nosotros», añade Manuel Filgueiras, regidor de Seguretat.
El operativo también cuenta con un VIR (Vehículo de Intervención Rápida) y sanitario de Protección Civil. Joan Bailón, jefe de la Agrupación de Protección Civil, sostiene que su presencia en la zona está básicamente centrada en asistencias sanitarias y de apoyo a sus compañeros de la Policía Local.