Esta semana, cuando la Policía Nacional, la Policía Local y operarios del Ajuntament, asaltaron el poblado y derribaron las fortificaciones romanas, un dato llamó poderosamente la atención. Las nuevas casetas instaladas entre las barricadas, que ahora son prefabricadas o de madera, presentaban inscripciones.
En una de ellas se podía leer: «Katmandú, 24/7,UK». Parcialmente, la policía ha descodificado el mensaje. Los números se refieren a que el punto de venta de droga está abierto las 24 horas del día, los siete días de la semana. Lo de «Katmandú» tiene su guasa: ‘El Indio' se independizó de ‘El Coque', el hermanastro de ‘El Ove', y quiso montar su primera caseta a la entrada del poblado. Un negocio seguro. Como quien abre una farmacia o una administración de lotería.
El problema es que no tenía experiencia y la construcción que hizo le quedó desnivelada, casi a punto de volcar. Y alguien exclamó: «Coño, es como Katmandú, la casa esa que está al revés en Magaluf». Y le quedó el apodo. Lo de «UK» es de momento un misterio, aunque los clanes gitanos no son demasiado ingeniosos, así que la policía cree que en breve se aclarará el origen de aquellas dos palabras.
Las banderas españolas son un guiño a la selección, para que gane la Eurocopa. También ha trascendido que las barricadas que se han construido no se han formado con residuos y basura generada en el poblado. Los capos han tenido que recurrir a algunos chatarreros de confianza, que han trasladado a aquellos terrenos toneladas de escombros y coches siniestrados, con relativa discreción. El impacto ambiental ha sido tremendo y en poco tiempo el poblado ha multiplicado el volumen de la basura que siempre ha tenido. Las fortificaciones, pues, han sido importadas.