Un hombre de nacionalidad ecuatoriana y 42 de edad se enfrenta a 23 años de cárcel por violar de manera continuada a su hija menor de edad. En el juicio celebrado esta mañana en la Audiencia de Palma, la hija del acusado, que tenía 15 años cuando se habrían sucedido los hechos, afirmó ante la jueza que su padre abusaba de ella "siempre que a él le daban gana, cuando él quería». La víctima explicó que el acusado, transportista de profesión, le había «chupado las tetas» en varias ocasiones y manoseado sus partes íntimas, además de penetrar en numerosas ocasiones sus partes íntimas con los dedos.
Los hechos habrían sucedido entre los años 2019 y 2023, después de que la joven empezara a vivir junto a su padre y la novia de este. Según las la acusación, las agresiones sexuales se llevaron a cabo en el sofá de un piso en el que vivían juntos y en la cama de un hotel donde durmieron el padre, la hija y una amiga de esta.
Según la víctima, su padre no toleraba que ella mantuviera relaciones sentimentales con dos chicas, una de las cuales comparte un parentesco familiar. La denunciante también afirmó que la familia de su progenitor se le había vuelto en contra y la acusaban de ser la culpable de haber metido al acusado en la cárcel.
Por su aparte, el acusado negó tajantemente los hechos y argumentó que su hija había vertido tales acusaciones «con la intención de beneficiarse económicamente del juicio" y la acusó de ser «mentirosa y manipuladora». El padre confirmó que había dormido en la misma cama con su hija y su amiga pero que en ningún momento había intentado beneficiarse sexualmente de ninguna de las dos.
La Policía Nacional inició la investigación del caso a finales del año pasado y detuvo al acusado pocas semanas después. Desde entonces permanece en prisión provisional. El fiscal del caso reclama que el detenido indemnice con 20.000 euros a su hija y 8.000 euros a cada una de sus amigas.