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«Era inocente, pero tuve que dimitir de jefe de Policía para proteger a mi familia»

Ya declarado inocente o absuelto de todas las causas contra él de Penalva y Subirán, el exintendente Toni Vera relata su calvario: «Ha sido un infierno»

El exintendente Toni Vera, durante la entrevista con Javier Jiménez, subdirector de Ultima Hora. | ALEX SEPULVEDA

| Palma |

Durante casi once años eternos, el exintendente de la Policía Local de Palma ha vivido un calvario personal y profesional. Fue imputado por el exjuez Penalva y el exfiscal Subirán en el ‘Caso Oposiciones’, el ‘Caso Cursach’ y las supuestas fiestas de Tito’s. De todas las causas ha sido declarado inocente o ha sido absuelto y ahora Toni Vera desvela en exclusiva para Ultima Hora cómo sobrevivió a esa pesadilla atroz.

¿Qué se siente siendo oficialmente inocente después de un suplicio de casi 11 años?
—Es difícil explicarlo. Ser libre, no tener miedo es algo único. Esa pesadilla que yo he vivido durante todo este tiempo ahora por fin ha desaparecido. La normalidad, como dijo aquel, es que si te tocan a la puerta a las cinco de la madrugada es el lechero que trae leche, no que te van a detener.

¿Tenía miedo de que Penalva y Subirán ordenaran detenerlo en su casa, delante de su hijo y su mujer?
—No era miedo, era terror. Cada vez que estaba en casa y sonaba el timbre de la calle la adrenalina se disparaba. Era como una sacudida. Saltaba del sillón, pensando que venían a por mí. Ya habían caído muchísimos compañeros míos inocentes y sabía que aquello era posible. De madrugada, a las dos, me despertaba cada día para ver las portadas digitales de los periódicos. Así durante años. Tomaba pastillas, pero la ansiedad me superaba. Me revolvía en la cama hasta que cogía el móvil y miraba si contaban alguna mentira mía. Si no salía mi foto o mi nombre, me quedaba más tranquilo, pero ya era imposible dormirme. Así año tras año.

Ha sido una tortura.
—Sí, no sé si peor que la física, pero sin duda una tortura.

Toni Vera dimitió en 2013 como jefe de la Policía Local de Palma.

¿Guarda rencor a los investigadores?
—No les guardo rencor, pero quiero que caiga sobre ellos todo el peso de la Ley. Las últimas sentencias de la Audiencia me han hecho recobrar la fe en la Justicia, a mí y a muchos compañeros que estaban en mi misma situación. Porque yo, la fe, la había perdido por completo. Ahora espero que en esta causa en la que han sido condenados Penalva, Subirán y la mayoría de los acusados de Blanqueo, y en otras que les vendrán, les caiga todo el peso de la Ley. El daño que han hecho ha sido irreparable.

¿Por qué dimitió en 2013 de jefe de Policía de Palma?
—Para proteger a mi familia. Era la época que había estallado el ‘caso Oposiciones’ y fue tal el acoso que sufrí, particularmente por parte de un diario de Mallorca, que la única salida que vi posible fue presentar mi dimisión a Mateu Isern, el alcalde.

Y él la aceptó.
—Sí, también es verdad que me ayudó mucho ver que el alcalde en ningún momento me defendió. Consideré que no valía la pena seguir resistiendo en el cargo. Mi familia sufría muchísimo, así que tenía que hacer algo y opté por irme, a pesar de que era inocente.

¿Qué edad tenía su hijo?
—Tenía siete años y se daba cuenta de todo. Recuerdo que la misma tarde que dimití, cuando subía al coche le dije: ‘¿Sabes que ya no voy a ser el jefe de la Policía?’. Y me dijo: ’No, ¿Por qué, papá?’. Yo le respondí: ‘Porque así tendré más tiempo para estar contigo’. Y se alegró: ‘Ah, si es así, sí’.

¿En el colegio le decían algo los compañeros?
—No, eso no. Pero hubo una situación que me produjo mucha tristeza. Tenían que hacer un trabajo sobre un personaje famoso. Y él me escogió a mí. Yo estaba aterrorizado de que buscara por internet y aparecieran las barbaridades y mentiras que publicaba ese diario de Mallorca.

El exjefe, actualmente jubilado, en el banco frente a la Jefatura de Policía, en el Paseo Mallorca.

Se llegó a decir de usted que era un ‘topo’ de José María Rodríguez, del PP.
—En la instrucción se lo comenté a la jueza Carmen González, primero, y después al juez Penalva: yo solo había hablado dos veces con Rodríguez, como consecuencia de mi cargo y del suyo, que era el delegado del Gobierno.

¿Cuánto dinero ha perdido con su dimisión?
—Pues si hubiera seguido de jefe de Policía habría ganado 280.000 euros en todos estos años, que no he visto porque dimití.

¿Reclamará esta cantidad a la Administración?
—Es muy difícil. Y la verdad, volver a entablar un proceso judicial después de todo lo que he vivido me cuesta mucho. Otra cosa es que lo reclame en una causa contra Penalva y Subirán.

Muchos policías apuntan a la regidora Angélica Pastor.
—Creo que lo que define mejor la actitud de la regidora es lo que sucedió precisamente en este periódico. Es decir, una regidora que acude a Ultima Hora, un diario libre, y que graba la conversación que aquí tiene lugar y además confiesa que ha estado viendo el secreto de sumario durante muchos años. Eso lo dice todo de ella.

¿Y el exdirector de Área de la Policía, Martí Capó?
—Me sorprendió en el juicio del ‘caso Exámenes’ que su nombre saliera como la persona que acudió a la Guardia Civil cuando había secreto de sumario para entregar unas actas, porque eso no figuraba en el sumario.

¿Martí Capó grababa a policías en el cuartel?
—No lo sé, pero me remito a que en el pendrive que hallaron en poder del inspector de Blanqueo había conversaciones en el despacho de Martí Capó.

¿Qué buscaban desmantelando el cuartel?
—Con los años lo he ido entendiendo. Se juntaron una serie de intereses que confluyeron en la tormenta perfecta. Había gente con intereses personales de tipo ‘Juego de tronos’, para llegar a lo más alto; otros que solo buscaban intereses económicos y otros vieron la oportunidad de medrar por rencillas personales.

El apoyo de su mujer ha sido clave para que no se hundiera.
—Así es, siempre lo digo porque es la verdad. Mi mujer me apoyó siempre y aguantó todas las barbaridades que decían de mí en aquel periódico. Sin ella, no lo habría soportado.

¿Cuál fue el peor momento?
—Pues mire, me llegué a despedir de mi hijo cuando Penalva y Subirán me llamaron a declarar. Lloré, pero intenté que él no lo viera. Pensaba que me enviarían a prisión y no lo volvería a ver en mucho tiempo. Luego, en el despacho ante el juez me hundí. Fue la única vez. Estaba fatal.

¿Cuándo cambió todo?
—Ha habido tres momentos de inflexión: cuando usted y Ultima Hora desvelaron las irregularidades de juez y fiscal y luego publicaron sus WhatsApps, en un momento en el que ellos se creían intocables; el papel del abogado ‘Coco’ Campaner, saliendo a la calle para protestar y la investigación de ‘Los Juanes’.

Hay policías inocentes como usted, imputados durante años, que han enfermado o muerto.
—Sí, uno de ellos era mi amigo Biel Torres, todo un referente en la Policía Local. Lo que le hicieron no tiene nombre. Enfermó por todo lo que Penalva y Subirán le hicieron pasar y falleció. Nunca lo olvidaremos.

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