La Unión de Guardias Civiles protesta porque no se autorizara colocar la bandera nacional a media asta el pasado sábado en la Comandancia de Baleares, en señal de duelo por los guardias civiles de Barbate arrollados por una narcolancha mientras participaban en una operación contra el tráfico de drogas.
En un comunicado, UniónGC ha explicado que a sus consultas por el motivo por el que no se colocó a media asta la bandera, les indicaron que la Comandancia no lo había autorizado. Esperaban que se colocara el domingo pero tampoco ocurrió.
Según la asociación profesional, muchos agentes les han trasladado su «indignación» por este hecho, y se preguntan por qué el coronel jefe en Baleares, Alejandro Hernández, o la Dirección General de la Guardia Civil no remitió «a todas las unidades» un escrito ordenando esta señal de luto en las dependencias oficiales.
«Esperamos que el Coronel jefe de la Comandancia de Baleares dé las explicaciones sobre este deplorable acto y falta de respeto al luto de los compañeros de este benemérito cuerpo asesinados en Barbate», han concluido.
A ver, Alejandro está atados de pies y manos como el resto de mandos policiales que tragan sapos a diario. No van a ondear las banderas a media asta porque el gobierno, a través de Marlaska lo ha prohibido, para ellos los guardias y los policías solo son un número, que mueren y se reponen sin más. Si se revelan los apartan del mando y ponen a otro. El problema es la sorprendente pasividad de los policías y los guardias civiles a este atropello continuo. Callan y obedecen. Esta semana el PSOE y los indepes han votado en Europa en contra de darles la consideración de profesión de riesgo, algo que si tienen las azafata o los actores y cantantes. Odian a los que quizás un día les metan en la cárcel. Y lo de los jefes, lo dicho, penoso ver como se arrastran y babean ante el político. El poder tiene esas cosas.