Les cogió por sorpresa y no tuvieron más remedio que abandonar el barco. Un grupo de narcotraficantes que operaban tranquilamente y con total impunidad en el poblado de son Banya se vieron sorprendidos por la irrupción de excavadoras y un derribo de barracones totalmente inesperado.
A principios de semana, un amplio dispositivo de la Policía Nacional, Policía Local de Palma y operarios de una empresa de construcción especializada en demolición de viviendas, irrumpieron en el poblado chabolista para proceder al derribo de siete casas. Por causas que se desconocen, los propietarios de las chabolas que iban a ser demolidas y que teóricamente ya estaban vacías, desconocían el día y la hora fijada para la ejecución de los trabajos.
Mientras tanto, los narcos se habían apoderado de dichas viviendas y las habían convertido en puntos muy activos de venta de droga. Cuando vieron llegar la maquinaría pesada escoltada por la UPR (Unidad de Prevención y Reacción) de la Policía Nacional y la Policía Local de Palma, los ocupantes de los barracones comenzaron a salir por puertas y ventanas a la carrera. Acto seguido, corriendo campo a través consiguieron abandonar el poblado.
En un primer momento, los policías pensaron que los residentes sospechaban que se trataba de una operación policial y no de las demoliciones programadas. Nada más acceder a las chabolas descubrieron la verdad. En el interior se encontraron grandes cantidades de cocaína, heroína, marihuana, Tusi y todo tipo de drogas de diseño. Además, también había miles de euros en efectivo, gran parte del mismo fraccionado en billetes. Cuando los agentes localizaron la droga ordenaron paralizar la demolición y dar aviso a sus compañeros del Grupo de Estupefacientes para que se hicieran cargo del hallazgo e iniciaran una exhaustiva investigación de lo ocurrido.