El incendio declarado este jueves en Montixelvo (Valencia), y agravado por el fuerte viento que sopla en la zona, ha quemado ya unas 2.000 hectáreas y ha obligado a desalojar a unas 850 personas de diferentes municipios de la zona, según ha asegurado esta mañana el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón. En declaraciones a los periodistas tras visitar el Puesto de Mando Avanzado (PMA) para conocer la última hora de este incendio, que continúa todavía sin control y del que aún no se sabe el origen, Mazón ha explicado que el fuerte viento está complicando las tareas de extinción.
Durante la noche ha habido en la zona rachas de viento entre 110 y 120 kilómetros por hora, aunque esta mañana la velocidad del viento ha descendido a 30 o 40 km/h, y es posible que durante la tarde haya «alguna ventana de oportunidad», según el presidente. Por el momento, el fuego ha arrasado unas 2.000 hectáreas y se ha desalojado a unas 850 personas de varios municipios y urbanizaciones cercanas, sin que se hayan producido daños ni heridos de ninguna clase.
El momento más complicado, según Mazón, fue la evacuación de un centro social en el municipio de Ador, aunque la operación se realizó sin problemas, y por el momento, «no hay previsión de más evacuaciones», aunque todo dependerá de cómo evolucionen el fuego y el viento. Mazón ha agradecido la colaboración del Gobierno, que ha movilizado a la Unidad Militar de Emergencia (UME) y ha enviado medios aéreos «contundentes y potentes» que pueden operar con dichas condiciones de viento, así como a las comunidades de Murcia y Castilla-La Mancha por el envío de refuerzos.
También ha dado las gracias a los servicios de emergencia de la Generalitat y a los Consorcios de Bomberos de Valencia y Alicante por la labor que están desarrollando para frenar este incendio, cuyo principal combustible, ha dicho, está siendo el viento. El presidente ha hecho una llamada a la precaución y la prevención, ha pedido evitar cualquier desplazamiento a esta zona y cualquier actividad que resulte más o menos peligrosa porque las rachas de viento son imprevisibles y siguen siendo fuertes en toda la Comunidad Valenciana.