José María Rodríguez, exconcejal, exsenador, exdelegado del Gobierno y exconseller, antiguo líder del PP en Palma, apunta a algún cerebro detrás de la persecución de cuatro años del juzgado dirigido por el juez Manuel Penalva. «No tiene explicación que alguien a quien yo conocía para nada montara esta trama judicial corrupta contra mí. Si les queda algo de decencia a estos señores, me gustaría que dijeran quién es el artífice de esta trama», reclamó ayer durante su declaración como testigo en el juicio. Insistió: «Creo que ellos no son porque no me conocían pero han obedecido a alguien que ha orquestado una trama política».
El relato de Rodríguez fue similar al que antes había completado Álvaro Gijón. Durante meses, con la tramitación de los casos Cursach, ORA y sobre la Policía Local, de forma reiterada se les señalaba como líderes de una organización mafiosa. «Era asombroso, lo que hacía el juzgado no era investigar esas acusaciones. Si lo hubieran hecho sabrían que era falso. Lo único que hacían era, de un caso que era secreto, filtrar titulares a la prensa».
Rodríguez cumple condena en tercer grado por el ‘caso Over', donde fue condenado a tres años y medio de prisión. Su declaración se centró en la sucesión de datos que se desgranaban de las investigaciones. «En esta causa ya no me preocupaba el titular de ese día. Tenía miedo del que iba a llegar al día siguiente. Se decía que Cursach me había pagado una fiesta de 30.000 euros con prostitutas en las que se consumía droga. Y eso no se investigaba y seguía ahí». Al igual que ocurrió con Gijón, Rodríguez nunca fue acusado formalmente en ninguna de estas causas.
El exdelegado del Gobierno también mostró su sorpresa por verse dentro del ‘caso ORA': «Ni sabía que existía ese contrato». Estaba al mismo nivel que Gijón en el relato del testigo protegido que informó a Penalva y Subirán. Sin embargo, apenas se le investigó. «Aquí el fallo fue que los señores que recibieron esta denuncia no investigaron nada». También aludió a ese testigo protegido, entonces militante del PP: «Vino a verme con una denuncia del Seprona porque tenía una actividad sin licencia municipal y quería que yo se lo arreglase. Le dije que no podía hacer nada y que tendría que ir a la Gerencia de Urbanismo y preguntar por los trámites. Él pensaba que yo tenía capacidad para hacer una llamada y arreglarlo y se fue un poco enfadado».
En la sesión también terminó el interrogatorio a Álvaro Gijón. Interpelado por las defensas, insistió en que no tuvo ninguna participación en el concurso de la ORA y negó ningún intento para ocultar la titularidad del piso que juez y fiscal sostenían que le habían entregado como dádiva pero que era desde hacía años de su familia. «Difícilmente pude ocultar algo cuando fui a un notario a registrarlo», dijo. También insistió en el daño a su reputación y a su familia provocado por la causa: «Si estamos aquí peleando es porque lo que hemos vivido no tiene nombre».