Penalva responde a las acusaciones

Acaba la sesión. El lunes seguirá declarando Subirán.

Deliza que, antes de que aparecieran los grupos de wasap le robaron el móvil en una gasolinera de Son Castelló. «De ahí salieron los wasap. ¿Tengo pruebas? No»

Subirán: "Me jodieron el coche, me quisieron quemar otro. Me pusieron de rodillas en la plaza del Tubo, me montaron otra en un cine. Tengo trastorno de estrés postraumático crónico, para toda la vida. Estoy jubilado por ese sufrimiento. ¿Quién ha pasado el tormento y el sufrimiento?"

Subirán niega que se coaccionara a testigos o imputado. Dice que todas las denuncias fueron creadas a posteriori por los investigadores policiales.

Subirán dice que deconocía las fichas policiales que decían que los detenidos de la ORA tenían que 'vender' a otros detenidos. Dice que era una manera de hablar y de trabajo por parte del policía que las redactó.

Subirán dice que Carrau fue al despacho de Penalva para decirle que iba a apoyar su recusación. «Cacho cabrón, cómo me has podido ocultar esto. Nunca me dio una explicación por más que se lo pedí».

Al igual que Penalva, señala que las detenciones de la mesa de contratación en el 'caso ORA' fueron cosa de la Policía Nacional. «Es un cuerpo cuasi militar, por qué no piden explicaciones a los superiores». Insiste con Carrau. No pasa un minuto sin que lo mencione.

Insiste «yo no soy el fiscal de la ORA». Explica que no encuentra unos documentos porque no le dejaron recogerlos en fiscalía. «Yo era fiscal de baja».

Subirán dice que el fiscal jefe ordenó cambiar las llaves de Fiscalía para evitar que destruyera información.

«Se diga lo que se diga la causa estaba atribuida a Carrau».

Sigue el monólogo. Carga contra Carrau: «Nosotros estamos aquí sentados y el otro no».

Subirán divaga. Una pregunta sobre si comprobaron las fuentes de prueba del testigo que detonó el 'caso ORA' ha dado lugar a una larga exposición sobre antecedentes de en torno a policías locales y reuniones previas a unas elecciones en un bar. «No teníamos inclinación previa a fastidiarles la vida a nadie».

Subirán acusa a Herranz de calumniarle y atribuirle una relación con un policía en su informe en el juicio del 'caso Cursach'. Lo que dijo entonces Herranz es que había rumores. El fiscal le dice a Subirán «de dónde se saca usted esto».

Situación inédita. Subirán se niega a contestar al fiscal Tomás Herranz. Su defensa plantea que le interrogue el otro fiscal. «Usted no tiene derecho a elegir fiscal», dice Herranz. Paso a las acusaciones particulares.

Subirán hace una intervención antes del interrogatorio. Anuncia una querella al fiscal para empezar.

Las defensas no formulan ninguna pregunta a Penalva. Turno para Miguel Ángel Subirán.

Han terminado los interrogatorios a Penalva de las acusaciones particulares. La Sala hace un receso.

Penalva no es capaz de concretar si se acordó una fianza para el funcionario Pedro Torres por una declaración secreta en la que involucraba a otras personas. El funcionario llevaba tiempo en preventiva y acusa porque le coaccionaron.

El abogado defensor de Penalva interrumpe de forma sistemática a las acusaciones del Grupo Cursach.

Penalva insiste en culpar a Carrau y a Herranz del archivo del 'caso ORA'. Cuando el abogado de Gijón le dice que la Audiencia Provincial decretó el sobreseimiento libre porque no había indicios dice: «No lo sé».

El abogado de Gijón le insiste en por qué no llamó a declarar al entonces diputado. Penalva dice que no lo consideraron oportuno: «Si no quería que se publicara que había ido de putas, pues no haber ido».

Penalva insiste en responsabilizar al fiscal Carrau de decisiones como la entrada y registro en el domicilio de los padres de Álvaro Gijón.

El abogado de Álvaro Gijón introduce los mensajes de Penalva a la Madame sobre la agenda.

Afirma ahora que la madame fue sobornada para que declarara en contra suya. Dice que Cursach ha contratado sicarios para acabar con él.

«En esta causa ha habido un interés exacerbado por desacreditarnos y eso se ha llevado a cabo comprando e intimidando a testigos». Habla, entre otros de 'El Ico'.

Dice que desconocía que el testigo protegido 19 fue expulsado del Partido Popular y que podía tener resquemor hacia Rodríguez y Gijón.

Penalva niega que comentara con periodistas la declaración del funcionario. Penalva explica: "Cuando terminó la declaración, es verdad que lloró. Le ví tan abatido que me conmovió un poco. Estaba muy agobiado porque la prensa estaba fuera. Le dije, si quiere, voy a salir a entretenerlos y sale por la parte de atrás que no le hagan foto. Los entretuve para que pudiera salir por detrás".

La representación de otro funcionario plantea si el fiscal Subirán tergiversaba las respuestas en los interrogatorios. Penalva lo niega: "No, en eso el señor Sastre miente descaradamente, contó lo que contó. Se recogían literalmente sus respuestas".

Penalva admite que hizo salir a Roig y su abogado para que hablaran antes de enviarle a prisión. «Aprovechándose de la relación que teníamos, Roig me dijo, 'Manolo, ¿me vas a enviar a prisión?» Dice que «acordé la medida que acordé porque me pareció oportuna».

Penalva argumentó la prisión como por riesgo de que se destruyeran pruebas y se remite a un testigo, un operario municipal, que dice que, tras la prisión de Antoni Roig se tiraron documentos a un contenedor. El abogado Perera le hace ver que era en Son Pacs, donde nada había de la ORA. Penalva: «No recuerdo».

Perera introduce wasap: "A muerte con él que se joda. Animo y a por ellos. Duro y en la cabeza, que les duela. Ya hay cuatro en la jaula, camino del matadero".

Turno para el abogado Salvador Perera, que representa a Antoni Roig:

-¿Investigaron la cuestión del piso que decía el testigo 19 antes de las detenciones?
-No lo recuerdo
-¿Investigaron el posible cohecho antes de las detenciones? -No me acuerdo. Sería mejor hacerle la pregunta al señor Blanco que era quien llevaba la investigación.

Asegura que se sentía imparcial a pesar de los insultos que hay en los grupos de wasap a Femenía, al que se llamaba «hijo de puta».

Sobre las declaraciones de testigos que denunciaban otras cosas, Penalva dice que no tenían capacidad para investigarlas y que, por eso, no hicieron más gestiones.

Niega que estuviera decidida previamente la prisión preventiva. "Tenía preparado los autos por si eran necesarios o no. Sí que, cuando creía que un asunto podía terminar en prisión, lo tenía preparado, se usaba o no según el caso. No se encuentran muchos autos tan motivados como el mío en los juzgados. En este no está motivado apenas porque había secreto".

¿Le dijo al señor Femenía que si declaraba contra el señor Gijón pasaría a testigo? Penalva lo niega. «Si era el factotum de todo». Tras el interrogatorio, el abogado defensor del funcionario puso una queja forma en Fiscalía por el comportamiento de Subirán.

El letrado Ángel Aragón, enseña a Penalva documentos que tenía cuando se hicieron las detenciones y que desmienten las tesis judiciales. Penalva dice que no va a contestar a preguntas en esa línea. Las preguntas son si vio o conocía esos documentos antes de ordenar el ingreso en prisión del funcionario.

Penalva dice: «Tengo el Derecho cada vez más olvidado y le tengo asco». Sin embargo, hace una intervención en la que explica que solo le correspondía como juez de instrucción hacer un «juicio de posibilidad» y que en ese momento había indicios.

La acusación le muestra un informe del Colegio de Ingenieros que rebatía las tesis policiales. Penalva dice que lo leyó de forma superficial.

Pregunta sobre si contrastó o no los informes policiales con otros documentos. Penalva dice que lo hizo con dos fiscales y con el policía, Miguel Ángel Blanco. «Los indicios eran abrumadores».

El interrogatorio del abogado Ángel Aragón insiste en el inicio de las investigaciones. Penalva dice que leyó previamente a las detenciones cuando estaba de vacaciones en Canadá el informe policial sobre el caso. «Leí lo que pude leer en el Aeropuerto».

Penalva insiste en que había indicios suficientes para practicar las detenciones. «En la fase embrionaria de una investigación era sospechoso de una actuación criminal».

Penalva insiste en que las detenciones del 'caso ORA' fueron policiales. Dice que no sabe si tenían o no arraigo en Palma y descarga cualquier responsabilidad. «Esa pregunta no me la tendría formular a mí».

Insiste en que el testigo protegido 19, con el que se inició el 'caso ORA' le ofreció plena credibilidad.

Se inicia la sesión. El abogado de Miquel Femenía, funcionario municipal que estuvo en prisión por el 'caso ORA' comienza a interrogar a Penalva. Le pregunta por el origen del caso y por qué comenzó a actuar el Grupo de Blanqueo.