El exjuez Manuel Penalva, acusado de quince delitos de detención ilegal y al que la Fiscalía reclama más de cien años de cárcel, tendrá este jueves la oportunidad de defenderse. El Tribunal Superior de Justicia retoma el juicio tras dos semanas de parón para resolver las cuestiones previas. Entre las sesiones de hoy, de mañana, lunes y martes están previstas las declaraciones de los seis acusados. Si se mantiene el orden de la acusación de Fiscalía, como es habitual en los juicios, arrancará Penalva y después el exfiscal Miguel Ángel Subirán; el antiguo inspector del Grupo de Blanqueo, José Luis García Reguera; la inspectora Blanca Ruiz; el subinspector Miguel Ángel Blanco y, el último en declarar sería el agente Iván Bandera.
Los seis acusados se enfrentan a un posible dilema en sus declaraciones. Si responden a todas las preguntas de todas las partes corren el riesgo de validar los mensajes de watsapp que les incriminan y cuya validez han cuestionado. Si contestan a preguntas sobre el contenido de los mensajes permitirían su utilización como material de cargo y, si no lo hacen, no se defienden de alguna cuestión de fondo.
Los escritos de defensa, en especial el de Penalva y Subirán, intentaban demostrar que esta causa forma parte de un complot en su contra. El tribunal, en el auto en el que resolvía las cuestiones previas, advertía que no se trata de decidir si existían o no indicios en el ‘caso Cursach' o en el ‘caso ORA' sino si los investigadores se excedieron en su cometido.
El auto dejaba fuera del juicio toda la prueba que tiene que ver con revelaciones de secreto que derivara de las intervenciones de los teléfonos de dos periodistas y luego de los policías nacionales. Dejaba pendiente para la sentencia decidir si existió un hallazgo casual en relación al resto de delitos que permita que sean valorados. La Fiscalía sostiene que quince detenciones en el ‘caso ORA' se llevaron a cabo sin indicios suficientes que las justificaran y solo para conseguir delaciones.