El trabajador del santuario de Lluc detenido por robar decenas de joyas del museo sustituyó las piezas originales por unas falsificaciones de bisutería y las colocó de la misma forma con hilo de pescar. El Equipo de la Policía Judicial de la Guardia Civil de Inca abrió una investigación el pasado 20 de febrero tras recibir la denuncia del prior del santuario y del responsable de la empresa que gestiona el museo. Los agentes se entrevistaron con más de 150 personas que trabajan en el templo y en el museo.
El detalle del sedal les llamó la atención, el autor del robo de las valiosas piezas tenía algún tipo de relación con la pesca. Los investigadores averiguaron que el sospechoso había hecho copias de las decenas de joyas sustraídas y las cambió sin forzar ninguna vitrina. Había tres cordoncillos de oro mallorquines del siglo XVIII y XIX que habían sido sustituidos por imitaciones de la misma longitud -entre 1,5 y 2,5 metros- y, además, faltaban 20 piezas catalogadas como Bien de Interés Cultural (BIC) y 448 medallas de diferente tipología y monedas de la época romana de gran valor.
Los investigadores también fueron informados de que habían desaparecido 12.000 euros de la caja fuerte de la vicaría del santuario y de numerosas estancias del templo, así como los cepillos de la basílica. Los agentes localizaron un comercio de compraventa de oro en Palma que había adquirido por partes, en varios días, uno de los cordoncillos de oro sustraídos y varias medallas. El jefe de mantenimiento del santuario las había vendido entre marzo y julio de 2022 y las piezas ya habían sido fundidas. La prioridad de los agentes fue recuperar de forma inmediata los objetos que todavía no se habían vendido para evitar su destrucción.
Cuando preguntaron a los empleados del santuario y del museo si conocían a alguien que fuera aficionado a la pesca muchos apuntaron a la misma persona: el jefe de mantenimiento, un pescador de 57 años que alardeaba en Facebook de sus capturas. El Equipo de la Policía Judicial tiró del hilo y consiguió identificar al sospechoso, que tiene un amarre en el Port de Pollença. Los agentes solicitaron al juzgado una orden de entrada y registro de su domicilio, en Pollença, y localizaron en el falso techo de uno de los armarios 25.000 euros en billetes y dos cajas con más de 100 joyas.
El pasado jueves, los investigadores inspeccionaron la taquilla del trabajador y encontraron una caja con monedas antiguas de Isabel II, cinco sacos llenos de donaciones y un archivo de monedas y elementos de la Prehistoria que formaban parte de la antigua exposición museística. Los agentes detuvieron al jefe de mantenimiento del santuario: el pescador había sido pescado.