Alejandro Jiménez Cruz, legionario y natural de Palma, falleció en 2019 a la edad de 22 años, mientras participaba en unos ejercicios de adiestramiento con fuego real en un campo de maniobras de Agost (Alicante). El suceso ocurrió el 25 de marzo cuando recibió un disparo letal. Según las fuentes, el proyectil le entró por la axila ya que llevaba puesto el chaleco antifragmentos.
El soldado, que se encontraba en el compromiso inicial, se había incorporado al Tercio 'Don Juan de Austria' 3º de La Legión en el mes de noviembre de 2018. Antes de incorporarse a La Legión, el joven había destacado deportivamente en el Rugby Club Ponent, en el que se formó como jugador durante su adolescencia y posteriormente, fue entrenador de las categorías inferiores. En el club palmesano realizaron diversos homenajes para recordar su figura.
Por otro lado, tras su muerte, recibió la cruz al mérito militar con distintivo amarillo a título póstumo, que se entrega a aquellos soldados que fallecieron o recibieron heridas graves en actos de servicio. El fallecimiento no estuvo exento de polémicas, ya que durante estos años, la Policía ha conseguido desmontar la versión de la Legión en la que argumentaban que el joven mallorquín recibió el disparo a través de un rebote. Sin embargo, desde el estamento policial aseguran que posiblemente el impacto fuese directo proveniente de otro de los componentes de la línea de tiro.
A raíz de este contexto, el padre de Alejandro, Juanjo Jiménez, ha removido tierra y aire para encontrar la verdadera causa de la muerte de su hijo. «Estoy convencido de que fue un accidente, pero no me engañarán», afirmaba meses después de su fallecimiento. A día de hoy, el sargento acusado de su muerte y que es el principal sospechoso del homicidio, se encuentra destinado en Palma. Este martes empieza el juicio por el fallecimiento de su hijo.