La Sala de lo Civil y de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB) ha confirmado la condena de 21 años de cárcel para José Ignacio Blesa, el hombre que en julio de 2020 mató de una paliza a su mujer en el barrio palmesano de Son Cotoner. El acusado fue juzgado el pasado mes de mayo por un jurado popular, que lo declaró culpable de un delito de asesinato con alevosía y otro de malos tratos. La defensa, ante la sentencia de la Audiencia Provincial, presentó recurso de apelación al considerar que la condena vulneró el derecho a la presunción de inocencia y que la calificación jurídica de los hechos estaba equivocada.
El trágico suceso tuvo lugar la mañana del día 13 de julio de 2020. El procesado, español, y su pareja, Lillemor Christina Sundberg, de nacionalidad sueca, discutieron esa mañana en el piso que compartían en el barrio de Son Cotoner. Eran las 10.00 horas. En un momento dado el hombre aprovechó que la mujer estaba agachada en la cocina para propinarle una patada en la cara. La víctima cayó al suelo. Una vez en el piso le golpeó con los puños y le pisó el lateral del rostro. Ella empezó a sangrar y le rogó a José Ignacio, de 55 años, para que llamara a emergencias. «Por favor, llámame a una ambulancia que no quiero morir aquí», le dijo. Él le respondió «ojalá te mueras». Segundos después abandonó la vivienda.
La mujer sufrió una traumatismo grave que le provocó un hematoma de 8 milímetros de grosor con hemorragia cerebral. Fue trasladada a Son Espases a las 17.35 horas y falleció ocho días después, el 21 de julio, poco antes de las 14.00 horas.
Durante el juicio con jurado celebrado el pasado mes de mayo en la Audiencia Provincial de Palma, José Ignacio, que sólo contestó a las preguntas de su abogado, relató sin apenas vocalizar que aquel día su mujer, Lillemor Christina Sundberg, de 52 años, le agredió con una silla. A continuación, se dirigió a la cocina y sacó un cuchillo, por lo que discutieron. «Yo le di una patada cuando me sacó el cuchillo, pero sin la intención de matarla». Un testigo, al que el asesino acogió en su casa, y al que conoció años atrás en el Proyecto Hombre, relató al tribunal popular «José Ignacio le dio entre cinco y diez puñetazos en la cara con todas sus fuerzas». El varón aseguró que Christina no cogió ningún cuchillo, tal y como aseguró el procesado.
José Ignacio, en el turno de la última palabra, pidió clemencia a los miembros del jurado. «Piensen un poquito, por favor, y denme una oportunidad de estar tranquilo. Si yo no hubiera querido estar con mi mujer no tendría una foto en la cárcel de cuando me casé con ella ni llevaría la alianza que llevo hoy en día. Es muy penosa la cruz que llevo. Ojalá estuviera yo muerto, lo digo con 56 años que tengo. Espero que si me condenan que sea una condena justa y digna». Semanas más tarde conocía su castigo: 21 años de cárcel. Y ahora, la confirmación del TSJIB a dicha sentencia.