El Ministerio Fiscal solicita penas que suman 15 años de prisión para una banda compuesta por cinco hombres, todos de nacionalidad española, que se dedicaba a falsificar recetas médicas para adquirir en farmacias repartidas por Mallorca ansiolíticos y posteriormente venderlos en el mercado negro. El fármaco acababa siendo mezclado con hachís para obtener una sustancia estupefaciente denominaba ‘Karkubi'.
Los cinco acusados, de edades comprendidas entre los 22 y los 37 años, serán juzgados próximamente en una sala de lo Penal de Vía Alemania, en Palma. Están imputados todos por un delito continuado de falsedad en documento oficial y de pertenencia a grupo criminal. Asimismo uno de ellos también lo está como autor de un delito contra la salud pública.
Según el relato de la Fiscalía, los imputados entre marzo de 2019 y marzo de 2020, tenían como objetivo hacerse de manera fraudulenta con el medicamento clonazepan o su variante Ritrovil. Para ello los encausados se estructuraron para manipular recetas de asistencia sanitaria privada que ellos mismos cumplimentaron poniendo sus datos y estampando la supuesta firma de un facultativo del Colegio Oficial de Médicos de Balears. Con ello acudían a las farmacias y se hacían con el fármaco. La acusación pública sostiene que el principal imputado rellenaba los datos de las recetas –170 en total– con los nombres del resto de integrantes de la banda. Y estos se desplazaban por Palma, Calvià, Llucmajor, Sóller y Marratxí para adquirir el producto a 1,8 euros la caja. El líder del grupo se las recompraba a un precio de 20 euros. La finalidad de este último era colocar el fármaco en el mercado negro a 200 euros. El medicamento, tal y como subraya el Ministerio Fiscal, se mezclaba con hachís y creaban una sustancia denominada ‘Karkubi', que era adquirida por terceras personas en el mercado ilícito, algunas de fuera de España, con el consiguiente desabastecimiento y perjuicio para la salud pública.
El apunte
‘Karkubi’, la droga que triunfa en los barrios más humildes de Marruecos
El fin último del líder de la banda era hacer llegar los ansiolíticos a Marruecos a través de un contacto y allí convertirse en ‘Karkubi’, la droga de moda en los barrios más humildes del país norteafricano. Por ello ideó el plan de hacerse con cantidades ingentes de ansiolíticos. Los otros cuatro miembros pagaban 1,8 euros por una caja de Rivotril y a ellos el ‘jefe’ se las recompraba por 20. Posteriormente esos 20 euros se convertían en 200. En Marruecos, los restos del hachís se mezclan con los ansiolíticos y el cóctel resultante, que se consume en cápsulas, multiplica el efecto de la droga pero con importantes efectos secundarios.