El turista británico de 19 años que la madrugada de este viernes ha caído desde el cuarto piso de su hotel de Sant Agustí, en Palma, llegó al establecimiento de madrugada bajo los efectos de bebidas alcohólicas y, tras entrar en su cuarto, se precipitó al vacío después de que se asomara al balcón, presumiblemente para despejarse de la borrachera que presentaba. La Policía Nacional se ha hecho cargo de la investigación sobre la caída y el herido permanece ingresado en el hospital de Son Espases, con pronóstico grave.
El accidente tuvo lugar poco después de las tres de la madrugada en el hotel BQ Belvedere de Palma. El extranjero llegó en un taxi, pagó la carrera y subió a su planta, muy perjudicado tras una noche de copas. Iba solo, sin acompañantes, y poco después de entrar en su habitación se precipitó desde más de diez metros de altura y se destrozó una pierna. Sufrió múltiples fracturas, pero milagrosamente salió vivo de la brutal caída.
Los médicos del 061 lo estabilizaron allí mismo y los agentes de la Jefatura palmesana abrieron una investigación para aclarar lo ocurrido. Los funcionarios se han entrevistado con el personal del establecimiento y estaban buscando también al taxista que lo acompañó al hotel, para conocer más detalles de su estado y qué había estado haciendo esa noche. La ingesta masiva de alcohol, una vez más, está detrás de este nuevo accidente por imprudencia de un turista en Mallorca. Y solo estamos en mayo.