Su conducción errática llamó la atención de la Guardia Civil en un control de tráfico la madrugada del domingo en Alcúdia. Los agentes confirmaron rápidamente sus sospechas: el hombre, que pretendía dirigirse a Palma, cuadruplicaba la tasa de alcohol permitida. Por ello se le imputó por un delito contra la seguridad vial. Pero no sería lo único por lo que tendrá que responder ante un juez. En el interior del vehículo viajaban con él, además de su hermano, tres niños de 3, 5 y 10 años. Su coche quedó inmovilizado y fue informado por los funcionarios de que tenía prohibido volver a coger el vehículo. Ante esta situación, el conductor solicitó un taxi para llegar a su destino. El asunto parecía que iba a quedar ahí, pero todavía aguardaban más sorpresas.
Minutos más tarde, una patrulla de la Policía Local de Alcúdia se topó de nuevo con el hombre circulando con su coche. Había tomado el taxi, pero había vuelto atrás poco después. Seguía con la idea de desplazarse a la capital balear en su vehículo. No contaba con que iba a ser interceptado de nuevo. Por este motivo ha sido imputado por un delito de desobediencia grave.
El turismo fue retirado por la grúa y llevado hasta dependencias policiales para asegurarse de que no volvía a repetirse la situación anterior. La Policía Local no realizó ninguna actuación de protección sobre los menores al encontrarse presente en el lugar el hermano del conductor que se encontraba sobrio. La historia acabó con el conductor llamando de nuevo a un taxi para, esta vez sí, desplazarse a Palma en él.