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Investigan si el expresidente de Panamá autorizó agresiones durante el espionaje

Asuntos Internos cree que Ricardo Martinelli contrató a guardias civiles y vigilantes por unos celos obsesivos

La Guardia Civil montó un gran dispositivo de vigilancia en los juzgados de Vía Alemania. | Alejandro Sepúlveda

| | Palma |

-«¿Procedemos a golpearle?», pregunta el jefe de la empresa de escoltas.
-«Mario, tú sabes cómo hacer las cosas», contesta el expresidente de Panamá.
El Servicio de Asuntos Internos (SAI) de la Guardia Civil ha imputado a Ricardo Martinelli, que dirigió el país entre 2009 y 2014, por espiar y acosar a su novia en Mallorca utilizando guardias civiles y una empresa de escoltas de la Isla. En las conversaciones de wasaps entre el político y los implicados mallorquines aparecen menciones a supuestas palizas a hombres que estaban en el entorno de la víctima. Los celos obsesivos de Ricardo Martinelli son, según sostienen los investigadores, el motivo por el que planificó el espionaje de su pareja día y noche, durante más de un mes.

Tal y como adelantó este miércoles en primicia Ultima Hora, de momento, los agentes no han podido contactar con el político, que además es propietario de una cadena de supermercados muy popular y lleva un altísimo nivel de vida. La víctima, una conocida mallorquina nacida en Canadá de 47 años, se encuentra en la actualidad viviendo en Miami, donde pasa largas temporadas. Los seis detenidos en la ‘operación Pantera' son Mario E.G., dueño de la empresa de escoltas    Group Kougar; los guardias civiles Carlos P.G, Javier H.F., Alberto T.H y Rafael F.M., y el vigilante César I.V. También han sido imputados el propio Martinelli, José S.M., Pedro G.F., Juan Manuel V.P. e Iván Carlos A.M. La mujer interpuso dos denuncias, el 30 de julio de 2020 en la Policía Nacional y el 10 de agosto en la Guardia Civil del Pont d'Inca, explicando que unos agentes la seguían las 24 horas del día durante su estancia en Mallorca. La señora llegó el 5 de julio y poco después detectó que la espiaban. Los seguimientos se prolongaron hasta el 11 de agosto, cuando se marchó a Italia, para huir del supuesto acoso que sufría.

La mujer llegó a temer por su integridad física, según consta en su denuncia, y estuvo a punto de sufrir accidentes de tráfico cuando la seguían los coches de la empresa de escoltas. «Corre como Alonso», dijo uno de los investigados en un chat de Whatsapp durante una persecución por la salida de Portals Nous a la autopista. Ya desde el principio, la denunciante señaló a Mario E.G. como responsable del espionaje que estaba padeciendo y aseguró haber sufrido amenazas por su parte. Además, desveló que quien financiaba todo el operativo contra ella era su pareja sentimental, Ricardo Martinelli, expresidente de Panamá y dueño de las compañía Súper 99, de supermercados.

Móvil intervenido

El caso dio un vuelco cuando el Servicio de Información y Asuntos Internos intervino el teléfono móvil del guardia civil Javier H.F., que proporcionó información clave sobre las semanas que duró el espionaje ilegal en el verano de 2020. Se descubrió que los acusados habían creado tres grupos de Whatsapp, bautizados como ‘Op. Cacatúa' y que habían compartido información que confirmaba que el seguimiento fue ilegal y que, además, utilizaron balizas o geolocalizadores, pegados al coche de la mujer, para rastrear todos sus movimientos. También Martinelli la tenía controlada a través de un dispositivo instalado en su teléfono móvil.

Silencio

Por otra parte, este miércoles pasaron a disposición judicial los seis detenidos. El primero que desfiló ante la jueza de Instrucción número 2 de Palma, en funciones de guardia, fue el vigilante de seguridad, asistido por la abogada Maria Pons, que se acogió a su derecho de no declarar y quedó en libertad al mediodía. El guardia civil Alberto T. también guardó silencio y salió libre. El propietario de la empresa de seguridad Mario E. y el agente Carlos P., ambos defendidos por el letrado Toni Fuster, declararon que fue el propio Ricardo Martinelli quien les contrató para que realizaran labores de vigilancia y protección de la mujer, pero en ningún caso de espionaje. Ella sabía que la custodiaban, según los investigados. Los agentes Javier H. y Rafael F., representados por Álvaro Martín, ofrecieron versiones similares. La jueza dejó en libertad a cuatro de los detenidos y por la noche acordó el ingreso en prisión del dueño de la empresa de escoltas y de uno de los guardias civiles, JavierH.

El informe de Asuntos Internos de la Guardia Civil recoge que la mujer fue objeto de seguimientos y vigilancias durante casi la totalidad de las veinticuatro horas del día. Desde el 8 de julio, día que crearon el primer grupo de Whatsapp, hasta el 2 de agosto, fecha en que se dejó de emitir mensajes en el tercer grupo de la aplicación de mensajes. Los responsables de la investigación indican que la presunta organización criminal está compuesta «por un elevado grupo de personas, que disponen de armas, al menos los guardias civiles, además de medios tecnológicos que facilitan la ejecución de los delitos y la impunidad de los mismos».

Ricardo Martinelli habría pagado una cantidad económica desconocida a la supuesta organización a través de transferencias bancarias. A las 22.30 horas del 8 de julio de 2020, el político panameño envió un mensaje por el grupo de Whatsapp en el que solicita el número de cuenta para abonar una parte de los servicios. En la trama había una jerarquía, según los encargados del caso, que queda patente desde el primer momento cuando se crea el grupo de Whatsapp y van identificándose los componentes del mismo. Se autodenominan Puma y después el orden jerárquico que ocupan dentro de la organización. El primer escalón lo ocupaba Martinelli, que se hacía llamar ‘Zeus' o ‘RM'.

El segundo de a bordo era Mario E., que actuaba bajo el indicativo Puma I y el guardia civil Carlos P. se bautizó como Puma II hasta que por razones desconocidas el 14 de julio de 2020 no continuó con las actividades y fue relevado por otro agente:Alberto T. Ambos fueron los que mantenían a partir de entonces la comunicación con el expresidente panameño y transmiten sus indicaciones al resto de Pumas. Los detenidos utilizaban un lenguaje codificado para identificarse cada uno de ellos. Son técnicas propias de las fuerzas y cuerpos de seguridad, «quizás adiestrados por los guardias civiles que componen el grupo». Los seis Pumas fueron cazados el pasado lunes por el Servicio de Asuntos Internos de la Guardia Civil, en colaboración con la Comandancia de Balears. La titular del Juzgado de Instrucción 2 ordenó enjaular a dos que ayer por la noche ingresaron en el centro penitenciario de Palma.

El apunte

Amplia repercusión de la noticia en los digitales de Panamá

Los digitales de Panamá se hicieron ayer amplio eco de la noticia del espionaje, por parte del expresidente Martinelli, de su pareja en Mallorca. De momento, el político no se ha pronunciado sobre el caso. Este periódico se ha puesto en contacto telefónico con la novia mallorquina de Martinelli, que está en Miami, y que no ha querido hacer ningún tipo de declaración al respecto. La mujer es muy conocida en círculos artísticos. De hecho, a algunos de los imputados los conoció cuando custodiaron una de sus exposiciones de arte.

El apunte

Los wasaps del grupo ‘Ops Cacatúa’: «Zeus autoriza alquiler de bote»

El expresidente de Panamá escribía en el grupo de Whatsapp ‘operación Cacatúa’ con los guardias civiles de Mallorca y la empresa de escoltas bajo el pseudónimo de ‘Zeus’ o ‘R.M.’, que son las siglas de su nombre: Ricardo Martinelli. El político era consultado con frecuencia para autorizar gastos extras en el seguimiento casi las 24 horas del día de su novia en la Isla. El jefe de los escoltas, el 24 de julio, le pregunta: «Solicito autorización para cenar con dos avispas (personas cerca del objetivo)», a lo que el expresidente contesta con un escueto: «Ok». Al día siguiente, Mario E.G. envía un nuevo mensaje al grupo: «Zeus autoriza alquiler de bote». Durante ese verano, la pareja de Martinelli se embarcó con amigos en barcos y yates, y los guardias civiles la siguieron en otras embarcaciones.

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