Un total de 65 presos de la cárcel de Palma, que se encuentran en segundo grado, salen estas fiestas para disfrutar de permisos penitenciarios. La cárcel de Palma ha organizado las salidas en dos turnos: por Nochebuena y Reyes.
Los internos que este año han obtenido el permiso de salida han sido propuestos por la Junta de Tratamiento y el juez de Vigilancia Penitenciaria ha autorizado la medida.
No peligrosos
Las fuentes consultadas indicaron que ninguno de los presidiarios que está estos días por la calle es peligroso y que ha tenido un buen comportamiento en el centro penitenciario durante el último año, lo que le ha valido ser propuesto para obtener un permiso.
Con todo, desde la dirección del centro de la carretera de Sóller se ha impuesto una medida excepcional debido a la situación sanitaria: todos los internos que salgan de permiso estas fiestas deben guardar, a su regreso, una estricta cuarentena. El objetivo es evitar que puedan contagiar el virus a los otros reclusos que no han salido al exterior y para ello deberán estar aislados un total de diez días. Pasado ese tiempo, pueden regresar a sus respectivos módulos si han dado negativo en la prueba de COVID-19 y recuperar la normalidad carcelaria. La Junta de Tratamiento de la cárcel se encarga de estudiar la situación de cada interno, su clasificación, el tratamiento y las actividades que se realizan, es decir, dan el visto bueno de los permisos y el tercer grado. Se reúnen una vez a la semana como mínimo. El equipo lo forman el director, subdirector, funcionarios, educadores, psiquiatras, psicólogos, asistentes sociales y personal médico.
El apunte
Ningún caso de la variante ómicron en la prisión
Una de las obsesiones del equipo directivo de la cárcel es mantener a raya a la pandemia, lejos del centro penitenciario. La variante ómicron, además, parece ser que es mucho más contagiosa que la delta, por lo que los controles sanitarios son muy estrictos. No hay de momento ningún caso de ómicron.