No se trata del robo del siglo, ni mucho menos. Ni tampoco es un golpe que conlleva una gran planificación. Pero lo cierto es que el sospechoso acabó detenido por la Guardia Civil y se sentó ante la juez de guardia en Inca, que le dejó en libertad tras declarar que no sabía nada del asunto.
Al arrestado, un hombre español y con una larga lista de antecedentes, se le acusa de robar 25 tapas de alcantarilla en una zona urbana en construcción de Lloseta, que se encontraba vallada. El valor del material sustraído asciende a más de 2.360 euros.
Los hechos se remontan a mediados del mes de junio. Un hombre, propietario de la zona privada que se encuentra en obras en Lloseta, entre la calle Son Beltrán y la avenida Doctor Fleming, denunció el robo de un total de 25 tapas metálicas de alcantarilla.
La Policía Local de la localidad realizó la inspección ocular y tomó declaración a una testigo. La mujer explicó que el día 16 de junio, sobre las 19.00 horas, vio a dos hombres llevarse el material e introducirlo en una furgoneta, de la que aportó la matrícula.
Agentes de policía consultaron su base de datos y dieron con su propietario, un hombre con importante número de antecedentes. La mujer en un reconocimiento fotográfico señaló sin ningún tipo de duda al sospechoso, no así a un compinche que suele actuar con él. Días más tarde, la Policía Local de Lloseta traspasó el atestado a la Guardia Civil de Inca, que siguió con la investigación.
Las pesquisas llevaron a la Benemérita hasta el sospechoso, que fue arrestado el martes por la mañana en Lloseta. Ese mismo día, acompañado por su abogada, Neus Canyelles, pasó a disposición judicial en los juzgados de Inca. Ante la juez de Instrucción número 1 negó su implicación en los hechos. Poco después fue puesto en libertad.
El propietario de la obra sigue sin saber el paradero de las 25 tapas de alcantarilla que le robaron hace algo más de un mes.