Condenados por partida doble. La ley del pueblo gitano dicta sentencia y la familia que provocó el tiroteo en la barriada de Son Gotleu ha sido desterrada de por vida de la Isla. Fuentes próximas a los clanes implicados han confirmado a Ultima Hora que ‘Los Manzano' y ‘Los Sheriff' (unidos familiarmente) han sido expulsados por incumplimiento manifiesto de su ley. En este aspecto, las normas contemplan que, con razón o sin ella, no se puede hacer daño a nadie. Mucho menos, atacar a mujeres y niños. En esta ocasión, ha quedado probado que ‘Los Manzano' (Sheriff) incumplieron de forma clara la ley disparando contra una vivienda llena de mujeres y niños. Por ese motivo, ellos mismos, para evitar conflictos y que la situación fuera a mayores, decidieron abandonar Mallorca.
Negociación
En estos momentos, parece que se está estudiando que segundas o terceras generaciones del clan que nada tienen que ver con esta situación puedan permanecer en la Isla, pero fuera de Son Gotleu. Este punto aún no está confirmado.
Actualmente, la situación en la barriada ya está tranquila y los vecinos han recuperado la normalidad absoluta gracias, en buena parte, a la importante presencia de agentes del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Local de Palma.
Por otra parte, los seis detenidos principales por su participación y encubrimiento del tiroteo de Son Gotleu fueron puestos a disposición judicial. El juez de guardia ordenó el ingreso en prisión provisional sin fianza para los seis arrestados. Se les acusa de un presunto delito de homicidio en grado de tentativa, amenazas, lesiones y tenencia ilícita de armas.
La barriada recupera su normalidad y la policía mantiene a sus efectivos en la zona
El conflicto entre los dos clanes gitanos comenzó por un piso que iba a ser okupado por ambos grupos y por la peor acusación que se pueden hacer entre ellos: la presencia de un ‘chivato' policial. Ahora, tras el destierro de la Isla de por vida del clan de ‘Los Manzano' y a su vez de ‘Los Sheriff', la tensión en la barriada se ha desplomado y, poco a poco, el barrio recupera su normalidad habitual. Del mismo modo, algo más de 30 agentes de la Policía Nacional y Policía Local de Palma permanecen en la zona de forma permanente. Se trata de una medida preventiva dado que la policía tiene constancia de que las aguas ya están en su cauce habitual y que el riesgo de enfrentamientos es prácticamente nulo. La barriada respira, así y de nuevo, tranquila.