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Crimen en la Colònia de Sant Jordi

«Mis compañeros preguntaron al acusado por lo ocurrido y dijo que había discutido con su pareja»

Celestino Rodríguez, mira el techo de la sala del jurado de la Audiencia de Palma. | Alejandro Sepúlveda

| Palma |

El asesino de la Colònia de Sant Jordi esperaba tumbado en el banco de los calabozos de la Audiencia de Palma, como si fuera una cama, a que le llamaran para el inicio de la segunda sesión del juicio con jurado. Cuando el agente judicial avisó a la Policía Nacional para que lo subiera a la sala, Celestino Rodríguez, español de 61 años, se sentó junto a su abogado defensor, se levantó la mascarilla y se aplicó ventolín.

Los guardias civiles que declararon ayer coincidieron en que los vecinos les confirmaron que Celestino y la víctima, Veronika Hoffmann, eran pareja. El instructor del atestado comentó que la mujer, alemana de 59 años, presentaba al hombre como su novio. «Mis compañeros preguntaron al acusado por lo ocurrido y dijo que había discutido con su pareja».

El instructor dijo que el agresor y la fallecida llevaban un mes conviviendo en una planta baja de la Avenida Primavera en septiembre de 2019. Los vecinos veían al hombre pasear al perro de la fallecida. «Recabamos información y nos dijeron que eran novios desde hacía poco tiempo», apuntó un guardia civil.

Uno de los primeros policías locales que acudió en primer lugar al domicilio la mañana del 22 de septiembre recordó que tocaron a la puerta y Celestino Rodríguez abrió y se sentó en el sofá. «El acusado solo decía ‘perdóname, te quiero mucho, lo siento'». El agente lo conocía. «Es un señor peculiar, lo veíamos prácticamente a diario, a las siete de la mañana ya estaba paseando».

Un guardia civil que custodió al detenido señaló que estaba «fuera de sí». «Le pregunté por qué lo había hecho y me dijo que porque ella se había ido a pasar la noche con un amigo».

La Fiscalía pide una condena de 16 años de cárcel por un delito de asesinato y que indemnice a cada uno de los dos hijos de la víctima con 100.000 euros. La Abogacía de la Comunidad Autónoma reclama 25 porque entiende que eran pareja y aprecia una agravante de parentesco y otra de violencia de género.

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