El detenido acusado de apuñalar a su compañero de piso en la calle Son Pontivic, muy cerca de la calle Manacor, vivía permanentemente obsesionado en que el resto de inquilinos de la vivienda quería matarlo. Concretamente, en su declaración judicial llegó a decir que estaba seguro que lo iban a envenenar suministrándole altas dosis de veneno escondido entre la comida.
Por ese motivo, desde hacía días, el acusado escondía la comida en su habitación y en otros puntos estratégicos del piso para evitar ser envenenado.
En un primer momento, el arrestado pretendía justificar su comportamiento alegando defensa propia, pero los investigadores del Grupo de Homicidios, Policía Científica y los forenses desmontaron esta versión. De hecho, tras declarar ante el juez, ingresó en prisión.
Los hechos ocurrieron sobre las 11.30 horas del pasado miércoles, en un piso de Palma, cuando el ahora detenido asestó supuestamente tres puñaladas entre el cuello y la espalda a otro compañero en el momento en que la víctima estaba sacando la ropa de la lavadora, tras una discusión previa.
La víctima huyó y se refugió en un supermercado próximo donde después de que un vigilante diera la voz de alarma fue atendido antes de ser trasladado al Hospital de Son Espases, donde ingresó en estado crítico. Al día siguiente fue trasladado a planta desde la unidad de reanimación al mejorar su estado.
Fuentes próximas al caso a las que ha tenido acceso Última Hora apuntan que la víctima ya se encuentra fuera de peligro y se recupera de las importantes lesiones que le ocasionó su agresor. Su estado, según el último parte facultativo, es de ligera mejoría dentro de la gravedad.