Los vecinos de las viviendas de Verge de Lluc muestran su indignación ante la avalancha de actos vandálicos que se vienen produciendo en las últimas semanas en el interior del paso subterráneo para peatones que cruza las vías del tren en la barriada.
«Esta barriada está dejada de la mano de Dios. La presencia policial brilla por su ausencia y aquí todo el mundo hace lo que quiere. El toque de queda se lo pasan por el forro y cada día, a partir de las 22 horas, un montón de jóvenes se reúnen dentro del túnel para fumar porros, vender droga y hacer botellón», apunta uno de los denunciantes que prefiere mantener su anonimato por miedo a posibles represalias.
El citado paso peatonal tiene las barandillas rotas y se ha convertido en un auténtico peligro. Son muchos los adolescentes que cruzan en mismo en moto, poniendo en serio peligro a los vecinos que lo cruzan caminando. Dentro de la pasarela se acumula la suciedad e incluso, según apuntan los residentes, muchos chicos lo utilizan para defecar.
«La pasividad y dejadez policial es absoluta en la barriada. Nos hemos entrevistado con el policía de barrio, pero es como hablar con un muro. Muy buenas palabras y al final todo sigue igual. Todo ello al margen de los gritos, peleas y discusiones que se suceden cada noche en plena calle», concluyen.