La autopsia y las pruebas toxicológicas de la pareja hallada muerta este jueves al mediodía en la gasolinera de Peguera se posponen hasta el próximo lunes, 19 de octubre. El retraso del examen en el instituto anatómico forense dificulta determinar si la mujer estaba drogada o sedada, un detalle importante ya que en la escena del supuesto crimen no hay ninguna señal de defensa ni de huida.
La autopsia en los cadáveres de M.A.G.y H.E.I. será determinante para despejar algunas de las incógnitas del suceso. Por el momento, se sabe que el disparo fue a bocajarro, pero el cristal del piloto no estaba reventado, lo que implica que el asesino abrió la puerta y le colocó el arma a muy poca distancia de la cabeza, antes de disparar. La mujer no pudo huir porque no podía abrir su puerta, que estaba pegada a una pared. El cristal de su lado, en cambio, si que estaba fracturado, con un impacto de cartucho de dentro hacia fuera.
Tanto la Guardia Civil como la comisión judicial centró las investigaciones en el coche estacionado en la gasolinera. En principio, no había señales de lucha evidentes en el interior. La principal hipótesis es que el varón tenía el arma en el maletero y salió a buscarla. Cuando regresó, abrió su puerta, la encañonó y le disparó a bocajarro en la cabeza. Luego, se sentó en el asiento del piloto, se colocó el arma entre las piernas, y se disparó en la mandíbula, lo que le destrozó la cabeza. Lo llamativo es que nadie escuchó nada.
El presunto homicida tenía permiso de armas, y la escopeta de caza que utilizó en el crimen había sido adquirida recientemente. Ni ella ni él, tenían denuncias previas por casos de malos tratos en el ámbito familiar.
Aunque todo apunta a que el hombre mató a la mujer y luego se suicidó, tampoco se descarta la hipótesis del suicidio pactado.