Un grupo de pirómanos puso en jaque a la Policía Nacional entre los años 2018 y 2019. Pero poco a poco fueron cayendo. Los dos hombres que supuestamente quemaron contenedores en s'Escorxador se enfrentan a 12 años de cárcel cada uno. Los desperfectos causados en los cuatro depositos de Emaya ascienden a un total de 4.659 euros.
Los hechos se produjeron sobre las 4.38 horas del 21 de abril. Francisco José M., de 48 años y José F., de 52, caminaban por la calle Poeta Guillem Colom de Palma y se detuvieron delante de cuatro contenedores situados a la altura del número 10. El primero pidió al otro que le dejara un mechero que llevaba en el bolsillo y, a continuación, prendió fuego a un paquete de pañuelos y lo tiró al contenedor de papel y cartón, que ardió enseguida.
El fuego alcanzó otros tres depósitos y tres vehículos que se encontraban aparcados en la zona. La Policía Nacional se desplazó hasta el lugar del incendio y avisó a los bomberos de Palma. Un agente rompió el cristal de la puerta de entrada de la finca, ubicada delante de los contenedores que ardieron, para desalojar a los vecinos de las cuatro primeras plantas. Unas veinte personas subieron al ático hasta la llegada de los equipos de extinción.
Confesión
«Nuestro temor era que las llamas entraran en el edificio», confesó el subinspector Miguel Córcoles, que fue quien accedió al edificio. «No fue fácil porque en la comunidad había muchas personas de avanzada edad y también familias con niños». Francisco José M. reconoció a los investigadores tras ser detenido que había incendiado los contenedores. Una cámara lo grabó.
«La suerte es que uno de ellos llevaba el jersey de su trabajo»
El Jefe de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), Diego Cazalla, explicó a los medios tras la detención de los pirómanos que la ropa que vestía uno de los sospechosos lo delató.
«La suerte es que uno de ellos llevaba el jersey de su trabajo». El jefe de la UDEV comentó que una cámara lo grabó y que ese jersey con el anagrama de una empresa del aeropuerto de Palma permitió su arresto. «Esto nos facilitó localizarlo a las pocas horas», dijo. La intención del hombre, según Cazalla, era «hacer daño».