Después de dos meses sin visitas a los locutorios ni permiso de presos, la cárcel de Palma reanudará en los próximos días su actividad de antes, aunque con ciertas restricciones por el estado de alarma aún vigente.
Esta semana que empieza está previsto que algunos reclusos puedan salir ya de permiso al exterior, pero al regresar deberán permanecer catorce días en cuarentena, por si han contraído el coronavirus. Los internos de segundo grado podrán salir entre tres y seis días, en grupos para facilitar el operativo, y ahora se están ultimando los cupos.
Los vis a vis, por contra, siguen estando anulados. Las visitas a los locutorios se pondrán en marcha de nuevo previsiblemente el viernes, pero su capacidad se limita al 50%. Antes, se permitían cuatro visitantes por interno y ahora sólo dos. La cárcel de Palma registra más de 100.000 visitas de familiares y amigos de presos al año, y ahora estas personas deberán llegar con mascarillas, guantes y adoptando la distancia social.
Se establecerán tres turnos por la mañana y otros tres por la tarde y todos los locutorios serán desinfectados de manera continua, para evitar que algún posible enfermo propague el virus en prisión.
Hasta la fecha, la cárcel de Palma no ha registrado ni un solo caso de presidiario contagiado de la COVID-19, a pesar de que tres funcionarios dieron positivo. El director del centro, Francisco Baldonedo, adoptó medidas draconianas desde el primer momento del estado de alarma y con la ayuda de los funcionarios ha conseguido mantener a raya la pandemia.