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Pandemia de coronavirus

Los dos millones de mascarillas robadas en Galicia eran de una empresa mallorquina

Detalle de una de las cajas de las mascarillas Oxidoc. | XOÁN REY

| Palma |

Las dos millones de mascarillas sanitarias robadas en una nave industrial de Santiago, en Galicia, pertenecían a la empresa mallorquina Oxidoc, que entró en 2012 en concurso de acreedores y actualmente se encuentra en liquidación. El material sanitario llevaba allí años y parece ser que el robo se produjo antes de la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno.

El único detenido hasta la fecha es el empresario inmobiliario Javier Conde Fiestras, que era el encargado de la venta del recinto de Tambre, donde se acumulaba todo el material sanitario de la empresa mallorquina desde 2013. El hombre ha quedado en libertad tras prestar declaración en los juzgados. Según informa La Voz de Galicia, Conde Fiestras nada tiene que ver con la empresa a la que pertenecía el material, Oxidoc, que quebró en el 2013, por lo que las mascarillas, así como guantes, botiquines, botas y mucha otra mercancía, llevaban allí abandonadas desde entonces.

El empresario tuvo conocimiento de la existencia de las mascarillas y presuntamente se propuso apoderarse de ellas, para lo que al parecer rompió el candado de la puerta de la nave. Una vez que logró tener un comprador en Portugal, a mediados de febrero acudió a las instalaciones y robó el material. Solo dejó mil de las mascarillas almacenadas. Los hechos, por tanto, ocurrieron antes de que el Gobierno declarase el estado de alarma, por lo que no se enfrenta a ningún agravante por este motivo. Los dos millones de mascarillas robadas estaban caducadas, por lo que muy probablemente no habría sido posible utilizarlas en los hospitales gallegos; tampoco se conoce la forma en la que se conservaron durante los siete años en los que han permanecido allí sin supervisión alguna.

El Gobierno gallego calcula que el valor de mercado del material sustraído podría llegar a alcanzar los cinco millones de euros. La investigación continúa y se ha ampliado a Portugal, país al que se ha solicitado colaboración para encontrar a los compradores de la mercancía.

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