Una mujer, de mediana edad y nacionalidad española, reconoció este lunes en un juzgado de Palma ser la propietaria de 66 plantas de marihuana, con un peso de algo más de dos kilos, que la Policía Nacional encontró en su vivienda, tras realizar un registro, el 20 de noviembre de 2017.
La procesada aceptó por estos hechos un año de prisión, que no cumplirá tras quedar suspendida la pena, y el pago de una multa de 10.000 euros por un delito contra la salud pública. Los hechos se remontan a 2017. Tras varias semanas de investigación, la policía fue autoriza a realizar un registro en una vivienda situada cerca de la plaza de las Columnas, en la capital balear. Allí hallaron 66 plantas de marihuana, con un peso neto de 2,156 kilos y bruto de 780 gramos. La intención era distribuirla a terceras personas. El valor en el mercado de la droga intervenida alcanza los 4.188, 66 euros. Además de la marihuana, también se intervino en la vivienda de la procesada diez transformadores, dos ventiladores y dos aparatos de aire acondicionado. El material eléctrico, junto a la droga, será decomisado y destruido, tal y como se acordó en la sala.
La Fiscalía pedía para la acusada, defendida por el letrado David Salvà, dos años de prisión. Finalmente, y tras un acuerdo de conformidad, la pena quedó fijada en un año, que la imputada no cumplirá al quedar suspendida la condena por un plazo de tres años con la condición de no volver a cometer ningún delito en dicho periodo. El ministerio público tuvo en cuenta el atenuante de dilaciones indebidas, ya que el caso estuvo paralizado casi dos años por la falta de una prueba pericial.