El guardia civil que realizó la primera intervención en la casa de Cala Millor donde presuntamente fue asesinado un alemán de 70 años en 2016 ha indicado que encontraron a la víctima con «los brazos como si hubieran cortado jamón», con «el hueso completamente limpio», una descripción que ha corroborado un policía local que también estuvo presente.
Así se ha expresado el testigo durante la segunda sesión del juicio, en el que se acusa a la esposa del fallecido, una mujer rusa de 49 años, por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento.
Los agentes han señalado que encontraron varios cuchillos en la casa, algunos ensangrentados.
Entre dos colchones en el dormitorio, se halló un cuchillo dentado que según la brigada científica coincidía con algunas de las lesiones en el cadáver.
Un testigo del juicio ha afirmado este martes que la acusada le dijo que estaba «muy cansada» de su esposo y que le ofreció 50.000 euros por acabar con su vida.
«Me ofreció dinero a cambio de matar a su marido», ha mantenido el testigo, que ha declarado por videoconferencia. El hombre, que presuntamente se había desplazado hasta la vivienda con la mujer para venderle cocaína, ha apuntado que no se tomó en serio la proposición. «Vi a una señora borracha y drogada, no me creí lo que me dijo y no me interesaba escuchar más, cogí y me fui», ha narrado.
El otro testigo que también afirma que la mujer le hizo una oferta de este tipo todavía no ha declarado en el juicio, pero sí un amigo suyo que regenta una tienda en Cala Millor. Este joven ha señalado que la acusada, estando bajo los efectos del alcohol, se fue con el testigo a su casa el 23 de diciembre de 2015 porque «quería cocaína» y porque quería mantener relaciones sexuales con ella.
Según el responsable de la tienda, su amigo volvió contando que la mujer le había ofrecido dinero para matar a su marido, y que ante la proposición había cambiado de opinión respecto a tener relaciones y se había marchado.
La mujer cuenta una versión distinta: sostiene que dio 100 euros al hombre, pero que no le dio la droga, y le acusaba de haberle robado, motivo por el que le denunció ante la Policía Local. El abogado defensor ha planteado que su testimonio sobre la oferta para matar al anciano pueda ser una «venganza» por la denuncia.
La acusada también declaró que habían ido hasta su casa porque él quería probar su coche y para tomar «una coca-cola», pero que al ver a sus perros se había asustado y se marchó.