El cabo de la Guardia Civil y el agente que han participado en el rescate del pequeño Julen quedaron «consternados» al conocerse el trágico desenlace. Uno de sus allegados de la Comandancia de Palma contó este sábado que «Tanto Jacobo como Cristian están muy acostumbrados a las tragedias, pero la esperanza es lo último que se pierde. Cuando se confirmó que el niño estaba muerto y sepultado por tierra se vinieron abajo todos. Fueron momentos muy duros».
Los dos guardias civiles destinados en Palma forman parte del GREIM (Grupo de Rescate e Intervención en Montaña), una de las unidades más especializadas de la Isla. Y están especializados en microvoladuras y espeleología.
El viernes, cuando parecía inminente el rescate de Julen, los dos guardias civiles fueron movilizados desde Palma y trasladados en avión a Jérez. De ahí los condujeron al pozo de Totalán, donde quedaron «muy sorprendidos del enorme operativo y de la colosal solidaridad», según contó uno de sus compañeros. Eran las horas críticas, tras doce días de búsqueda ininterrumpida. Con toda España siguiendo minuto a minuto el desenlace. «De los GREIM llegaron efectivos de Asturias, Madrid, Granada y Málaga. Y el viernes se sumaron los dos de Palma. Jacobo participó junto a Cristian en algunas detonaciones. Se turnaban para bajar al pozo y ayudar en todo lo que pudieran. Dentro del pozo siempre iban dos mineros y un guardia civil», contó este sábado a Ultima Hora un miembro del GREIM que estuvo en Mallorca y ahora está destinado en la Península.
Esta misma fuente relató que tras las microvoladuras «no podían estar en el conducto del pozo por los gases y el humo, y la onda expansiva. Como era un tubo, había riesgo de que se produjera un efecto ‘cañón'». El mismo especialista relató que «arriba, en la superficie, los técnicos de los TEDAX hacían cálculos muy complejos sobre la potencia de las detonaciones y dónde debían ser colocados los explosivos. Ha sido todo muy laborioso, pero ha puesto de manifiesto el gran nivel técnico y de formación de la Guardia Civil».
Desde la Comandancia de Palma se explicó este sábado que los dos funcionarios que viajaron a Málaga están «desolados» por el triste final de Julen y que entre los efectivos de rescate se formó una hermandad muy fuerte que sólo tenía un objetivo: «Sacar cuanto antes al niño del pozo».