Unos 300 de los 400 efectivos de organismos públicos que han trabajado este martes en la zona afectada por la torrentada de hace una semana en el Levante de Mallorca se han centrado en la búsqueda de Arthur, el niño de 6 años que sigue desaparecido siete días después de producirse la riada en Sant Llorenç.
El minucioso rastreo de guardias civiles, solados de la Unidad Militar de Emergencias (UME) y bomberos, auxiliados con medios mecánicos para remover fango y restos vegetales y reforzados desde el aire con tres helicópteros y por mar con tres embarcaciones, no ha dado resultado.
Los lugares de trabajo preferentes se han establecido de acuerdo a las aportaciones del jefe en Baleares del Instituto Geológico y Minero de España, Pedro Robledo, que cruzado la información de mapas hidráulicos y geomorfológicos, con los datos de las precipitaciones y evidencias de desplazamiento de objetos, personas y sedimentos en el episodio de la tarde del 9 de octubre.
En coincidencia con las hipótesis previas de la Guardia Civil, el especialista considera que hay mayor probabilidad de que el cuerpo de Arthur haya quedado en los seis kilómetros de torrente entre Sant Llorenç y la salida de Son Carrió que entre este punto y la desembocadura en S'Illot.
Esta hipótesis se basa en que todas las víctimas mortales y la niña superviviente arrastradas desde Sant Llorenç fueron halladas en este segmento.