El propietario de la inmobiliaria Mallorca Investment, Michele P., ha asegurado a su entorno que es otra víctima más del estafador fugado, Carlos García Roldán. El hombre más buscado de Mallorca acumula infinidad de querellas en el juzgado. El 12 de septiembre, a las nueve y cuarto de la mañana, está citado para declarar ante el titular del Juzgado de Instrucción número 9 de Palma por uno de sus numerosos fraudes. La Policía Judicial de la Guardia Civil de Algaida, que ha destapado la estafa inmobiliaria que afecta a más de 200 personas, sitúa al sospechoso en alguna ciudad de Colombia.
En la ‘operación Lloriguera' (madriguera, en castellano) hay al menos ocho detenidos y cuatro investigados. El dueño de Mallorca Investment, uno de los arrestados, ha relatado que nunca ha cobrado ninguna señal de pago ni firmó nada. Así lo explican fuentes próximas del empresario a este periódico. El italiano Michele P. habría reconocido que dejó a García Roldán que publicara sus promociones en su página web.
El sospechoso lamenta que hayan «destrozado» la imagen del establecimiento y la suya. Supuestamente dejaron las oficinas situadas en la calle Cardenal Rossell para desvincularse del promotor huido. Michele P., indican las mismas fuentes, tiene empleados de su propia inmobiliaria afectados por la presunta estafa piramidal.
La investigación del equipo de la Policía Judicial de Algaida sigue su curso y este jueves se arrestó a otro implicado. No se descartan nuevas detenciones en las próximas horas. Los ocho detenidos hasta el momento pasarán a disposición judicial este viernes por la tarde, según lo previsto.
Un matrimonio y su hija, que sufre una enfermedad rara, se querelló contra Carlos García Roldán y las inmobiliarias Lujo Casa y Mallorca Investment. El escrito, elaborado por el abogado Eduardo Luna, recoge que las oficinas del número 39 de la calle Cardenal Rossell (Palma) «desprendían lujo y diseño modernista». Esta puesta en escena ayudó a que los perjudicados cayeran en la presunta trampa. La pareja invirtió 26.950 euros, un 10 por ciento del valor total de la casa fantasma. El promotor les explicó que las viviendas estaban a un precio «muy competitivo» porque el terreno lo había comprado un banco a precio de saldo.
Otras dos víctimas, asesoradas por el letrado Carlos Barceló, también se querellaron contra el promotor y su secretaria tras abonar 30.000 euros por una casa en Marratxí. En la cláusula se estipuló que si no se realizara la obra por cualquier motivo devolvería a los clientes el dinero recibido. Siguen esperando.