Se busca al promotor Carlos García Roldán, ‘Charly', como le conocen sus clientes. El grupo de WhatsApp con más de 60 afectados sacaba humo este miércoles. Algunos cuentan que era habitual verlo en el Casino de Palma apostando el dinero que supuestamente se había apropiado. En mayo, cuando tuvo conocimiento de que le habían denunciado, desapareció. Su rastro se esfumó.
El principal investigado por la mayor estafa inmobiliaria de Baleares huyó el pasado mes de mayo. Ya no contestó a nadie más este empresario de Calella, de complexión gruesa y pelo rubio teñido. «Es un tipo peculiar», recuerda Pili, una de las afectadas.
El hombre que le firmó el contrato de un adosado en el Pont d'Inca que nunca existió «parece que lleva peluquín, tiene buena presencia y cara de tontito».
Aval bancario
La mujer se interesó por uno de los 65 adosados que ofertaba la inmobiliaria Mallorca Investment. Hizo una reserva para entrar a vivir en septiembre y pagó 27.500 euros. Un 10 por ciento del precio de la vivienda. El sospechoso le informó de que no trabajaba con aval bancario. «Te hablaba tan bien, tan convincente, que caí». La perjudicada no fue la única. Un grupo de personas que también dieron una señal por esta promoción empezaron a rumorear de que se podía tratar de una estafa.
Las víctimas llevan meses hablando por un grupo de WhatsApp. El sentimiento general de este miércoles, tras explotar la ‘operación Lloriguera', era de rabia e impotencia. Otro de los perjudicados, que no quiere revelar su identidad, explicó que vendió su casa porque las inmobiliarias le ofrecieron una de las viviendas fantasma. «Vendí la casa en enero y les pagué 17.000 euros de comisión. Me daban largas hasta que nos enteramos de que los terrenos del inmueble que me iban a dar no eran suyos. Yo doy por hecho de que mi dinero no lo voy a recuperar».
Un matrimonio con un hijo vio una promoción en Mallorca Investment en el Amanecer a finales de 2017. «Entregamos 85.000 euros y vendí mi casa. Firmamos con Carlos y Mallorca Investment. En enero le dijimos que si no había movimiento queríamos recuperar nuestro dinero. No nos cogía el teléfono. Llevamos ocho meses sin dinero, sin casa y Hacienda tocándome a la puerta dentro de nada. Estoy en casa de mi madre», relata la enésima víctima del hombre de complexión gruesa, pelo rubio teñido, y «cara de tontito».