Celestino, el hombre que fue detenido por agentes de la Policía Local de Palma acusado de ocupar una vivienda ilegalmente y enfrentarse a los agentes, se defiende. «Quiero decir que todo lo que ha dicho la policía es mentira. Yo no soy ningún ‘okupa'. Un amigo mío me dio las llaves de la casa y yo estaba allí haciendo unos trabajillos cuando fui atacado por los policías», añade Celestino.
Manolo, fue más contundente. «Llegaron los motoristas de la policía, con caras de psicópatas y comenzaron a pegarnos. A mí me dieron un golpe por la espalda y a mi familia le comenzaron a dar porrazos, incluso estando esposado. Incluso empujaron a dos niñas de 7 y 8 años. Las niñas están sufriendo un trauma. Es mentira que pusiéramos a los niños como escudos», afirma Manuel.
Los protagonistas confirmaron que la casa donde sucedieron los hechos no es de su propiedad. «Sabíamos que era de un banco, pero desde hace un año estaba ocupada por un amigo mío y fue él quien nos dio la llave para entrar. Yo le pedí, de muy buenas formas a la policía que se fueran porque era una propiedad privada y ellos nos pegaron», concluyen.