El capitán del buque «Don Pedro» y el segundo oficial han dado este lunes versiones opuestas sobre lo sucedido el 11 de julio de 2007, cuando el carguero de la empresa Iscomar chocó contra el islote de es Dau Gros, minutos después de zarpar del puerto de Ibiza.
En el juicio, que ha arrancado hoy en la sala del Juzgado de lo Penal número 1 de Ibiza, se han presentado nueve acusaciones particulares.
Entre todas las acusaciones reclaman 2,2 millones de euros por indemnizaciones por un delito de daños. El delito contra el medio ambiente se descartó ya en 2013 y después de que el fiscal pidiera el sobreseimiento de la causa.
Las defensas de los acusados han reclamado por su parte la prescripción de los hechos al considerar que durante cinco años no se realizó ninguna «actuación sustancial», algo «inaceptable» para las defensas.
Durante la sesión de este lunes, la titular del juzgado de lo Penal número 1 ha advertido que en caso de que el primer oficial del buque «Don Pedro» no declare en el plazo de un mes, el proceso judicial quedaría anulado.
Según ha relatado, se ha intentado en tres ocasiones que este hombre declarara como testigo.
El primero en declarar en la primera jornada, que se prolongará durante más de una semana, ha sido el segundo oficial. Según su relato, cuando el buque zarpó del puerto de Ibiza él asumió el trabajo de timonel.
Ha asegurado una vez que cuando le preguntó al capitán por el rumbo, éste le dijo que lo ponga a 180 grados. «Ahí soy consciente de que algo va mal», ha declarado, y ha asegurado así se lo comentó al capitán.
Aún así, el capitán le insistió en poner rumbo a 180 grados, momento en que el segundo oficial ya observó por la proa el faro de Es Daus, por lo que decide poner el automático y observar las cartas de navegación.
El capitán, por su parte, ha acusado al segundo oficial de desobedecer sus órdenes. Según su relato, cuando le preguntó el rumbo, el segundo oficial le dijo que iban a 190 grados «y sé que íbamos a 160, porque íbamos fuera de rumbo», ha dicho.
Según lo declarado por el capitán del carguero, él se encontraba en el cuarto de la derrota preparando las cartas porque nadie lo había hecho, lo que no coincide ni con la versión del oficial ni con la alumna en prácticas que se encontraba aquel día en el buque, y que hoy ha declarado por videoconferencia.
Cuando el capitán salió, según su relato, observó que ya estaban a punto de colisionar. A su entender, si hubiera intervenido dos minutos antes se hubiera podido evitar la colisión.
El capitán considera que él no tenía responsabilidad sobre la embarcación ya que quien se encontraba de guardia era el oficial y no él.
Además, en su declaración también ha reiterado que la opción de remolcar el buque a cuatro millas de la zona de la colisión fue un error. «La única opción para poner a salvo la carga y el buque era ir a puerto», ha dicho.
Según el capitán, el hundimiento del «Don Pedro» fue motivado por el remolque ya que tras de la colisión se logró estabilizar el barco.
En este sentido, ha apuntado que toda la tripulación estaba tranquila porque no había «peligro inminente».
En este punto, la alumna ha dicho que tras la colisión «había dos compañeros que estaban sufriendo ataques de ansiedad porque no sabían nadar».
Según su versión, cuando regresó al cuadro de mandos, el oficial estaba en el timón y estaba discutiendo con el capitán, quien «ordenó caer a 180 grados al lado que quisiera, pero a 180 grados».
El oficial, según la alumna, puso el piloto automático y ya fue el capitán quien cogió el timón. En ese momento, el oficial y la alumna fueron a ver la localización. «El accidente era inminente, pero el capitán no dijo ni hizo nada», ha asegurado.
Entre los testigos también han declarado miembros de la Guardia Civil, que han explicado que si se zarpa del puerto de Ibiza en dirección a Valencia «solo tienes una opción que es a 170 o 180 rumbo sur».
El último en declarar ha sido uno de los perjudicados del hundimiento del buque «Don Pedro», el empresario que regentaba uno de los restaurantes de la playa de Talamanca, una de las más afectadas por el vertido.
El perjudicado ha asegurado que dejó de percibir 3.000 euros diarios desde el día de la colisión hasta septiembre.