La cena terminó en un susto desagradable. Dos amigos acudieron el pasado martes a las nueve de la noche a un restaurante de Palma. Uno de los jóvenes pidió un cordon bleu de queso azul.
Cuando acabó de cenar encontró un alambre de tres centímetros de longitud en el interior del filete empanado.
Los camareros del local se disculparon por el hallazgo y le invitaron al cordon bleu. Los jóvenes pagaron el resto de lo que consumieron y abandonaron el restaurante.
El chico que encontró el alambre sentía molestias en la faringe este miércoles. «Cuando vi el alambre me quedé en shock», comenta. «Toqué la punta y era como una aguja... o un clavo. Ahora tengo molestias. Es como cuando se te clava una espina de pescado», explica el afectado. El joven fue en la tarde de este miércoles a una clínica de Palma para que le exploraran. Todavía sentía dolor, en la faringe, pero el otorrino no vio nada clavado.