Indignación entre los vecinos del Port de Andratx ante la ‘invasión' de 200 cicloturistas que se dedicaron este jueves a realizar sus necesidades en varios lugares del pueblo, entre ellos, terrenos privados. Este conflicto lleva produciéndose desde hace años. Uno de los afectados llegó a las manos con uno de los intrusos.
Los turistas, de nacionalidad holandesa y alemana en su mayoría, llegan en autobuses que los trasladan desde sus hoteles de Ca'n Picafort o de la Platja de Muro hasta el Port d' Andratx. Una vez allí, los organizadores de la excursión los dejan solos en la Avenida Gabriel Roca, en pleno centro del pueblo.
El trayecto, de alrededor de una hora, provoca en los ciclistas la necesidad de ir al baño. En lugar de utilizar los servicios de algún bar cercano, los ciclistas optan por aliviarse allá donde pueden: algunos por las mismas aceras del paseo, otros prefieren buscar un lugar más apartado. En el intento, algunos llegan a entrar en terrenos privados sin la autorización de los propietarios.
Los cicloturistas llevaron a cabo estos actos delante de la gente que caminaba este jueves por el pueblo, entre ellos, algunos niños. Varios vecinos, muy enfadados, exigieron al Ajuntament de Andratx que instale aseos móviles para que los ciclistas puedan realizar sus necesidades sin causar ningún tipo de molestias ni colarse en sus propiedades. El año pasado, el consistorio se vio forzado a instalar este tipo de retretes, después de que la Policía Local de Calvià mediara entre vecinos indignados por este tipo de invasión turística y los cicloturistas que causaron este conflicto.