En la trama de corrupción policial hay, además de los agentes investigados, otros que han colaborado desde el principio en las pesquisas judiciales. Precisamente, un grupo de éstos últimos remitió a finales del año pasado una carta al magistrado instructor en la que denunciaban la «persecución» que han sufrido durante años. «Se nos han aplicado expedientes y traslados forzosos, todo ello auspiciado por los responsables políticos y policiales, así como por la pasividad sindical, con el único objetivo de aleccionar a todo aquel que pudiera tener intención de denunciar, para que no osara atreverse».
La carta siguió a las manifestaciones hechas por los máximos responsables del cuerpo en defensa de los policías que se encontraban en prisión preventiva: «Sólo hemos sido escuchados, amparados y protegidos por jueces y fiscales. No es cuestión de los delegados sindicales reivindicar tan intensamente la presunción de inocencia a favor de quienes se hallan en una situación procesal tutelada por jueces y fiscales», manifiestan en el documento. «Para amparar prácticas corruptas y mantener a determinados miembros en connivencia con los corruptos, algunos de nosotros hemos sido perjudicados», acusan. El papel de estos agentes ha sido clave durante la instrucción de la causa. Algunos de ellos han sido amenazados por sus compañeros.
En el manifiesto de los policías se señala el cambio de rumbo con el cambio de equipo de gobierno en Cort. Reclaman a los sindicatos y antiguos mandos que colaboren con la investigación «si tienen un mínimo de vergüenza».