La Fiscalía reclama cinco años de prisión para cada uno de los propietarios de dos bares de Palma por explotar a sus empleados y servir comida en mal estado. En un caso clavado al de la ‘mafia laboral' que estalló el pasado otoño y que afectaba a una treintena de establecimientos, el ministerio público sostiene que en los restaurantes El Olivo y El Olivo II se vulneraban de forma sistemática los derechos laborales de los trabajadores.
La pareja propietaria de los locales, situados en las calles Cardenal Rosell y Virgen de Monserrat será juzgada la próxima semana en la Audiencia Provincial. La acusación sostiene en sus conclusiones provisionales que entre 2013 y 2015 aplicaron una serie de prácticas contra sus trabajadores. Les daban de alta en la Seguridad Social por dos o cuatro horas diarias cuando sus jornadas eran de 12 y 14; cobraban el sueldo en ‘b' y siempre una cantidad por debajo de lo que marcaba el convenio colectivo. No tenían vacaciones, ni podían coger una baja porque serían despedidos al regresar. El escrito de calificación también sostiene que los acusados imponían sanciones a los empleados a cuenta del bote de las propinas por motivos como romper un plato. Además se dirigían a ellos como «rata, perro o inútil».
Otro nexo en común con la ‘mafia laboral' son las prácticas que llevaban a cabo para reducir gastos a costa de la limpieza. Se reutilizaba la comida sobrante de un cliente para otro o se empleaban alimentos caducados. La Consellería de Salut realizó una inspección en los locales en febrero de 2015 y detectó numerosas irregularidades. Cada uno de los propietarios están acusados de un delito contra la seguridad de los trabajadores y otro contra la salud pública.