Montserrat González, la asesina confesa de la presidenta de la Diputación de León, Isabel Carrasco, ha declarado que ésta y su hija, Triana Martínez, se llevaron bien durante dos años hasta que la dirigente del PP acosó sexualmente a la joven.
González está compareciendo en la Audiencia Provincial de León por el crimen de Carrasco, cometido el 12 de mayo de 2014 en la capital leonesa, y por el están acusadas también Triana, su única hija, y la policía local Raquel Gago.
La madre de Triana, que solo ha querido responder a las preguntas de su abogado defensor, se ha mostrado titubeante y nerviosa en algún momento de su declaración, en la que ha querido dejar claro que su hija sufrió una «persecución increíble» por parte de «la Carrasco», como ha llamado en una ocasión a la dirigente del PP.
Cuando entró «la Carrasco» en la Diputación, ha manifestado Montserrat, ya se decía que «era mala» y que tendrían «problemas con ella y eso», pero Triana «estaba a gusto». «Se llevaban bien», ha apostillado.
«Era raro, porque se llevaban bien y muy bien», ha continuado a preguntas de su abogado para señalar a renglón seguido que Carrasco ayudó a su hija a solucionar un problema con Hacienda de 2.000 euros por la compra de un coche en Alemania.
Y preguntada por su letrado no ha dudado en ratificar que en ese momento tuvieron conciencia de que «algo de mano tenía (Carrasco) con Hacienda».
«¿Cuándo empezaron los problemas?», le ha inquirido su letrado, José Ramón García. Tras dos años de buena relación, un día de enero de 2010 Carrasco llamó a Triana para que le ayudara a solucionar un problema de teléfono móvil, ha relatado Montserrat.
La citó en su casa, Triana acudió, y Carrasco le propuso relaciones sexuales. Su hija, según le contó después, salió corriendo. «Ahí empezó mal todo», ha aseverado la acusada.