Ramón Figuerola, propietario del caballo desbocado que provocó el accidente mortal en la carretera que une Lloseta e Inca, lamenta lo sucedido. «Estoy muy afectado, asumo la parte de responsabilidad que me corresponde. Los hechos son más que lamentables, no tengo en mi vocabulario ninguna palabra para definir la gravedad del tema».
Figuerola se personó el pasado domingo por la mañana en el cuartel de la Guardia Civil de Inca para informar de que era el amo del animal. Después fue a visitar a los padres del joven fallecido, Miquel Àngel Pol Juan, de 28 años, con quienes hace tiempo mantuvo una relación estrecha.
Agentes de la Benemérita se desplazaron este lunes hasta la finca donde se encontraba el caballo para realizar una inspección ocular y esclarecer lo que pudo pasar. Este martes, el dueño del caballo junto con el propietario del establo declararán ante los investigadores del Instituto Armado.
Ramón Figuerola es, curiosamente, el propietario de la potra que apareció descuartizada a principios de enero en Lloseta. «Trasladamos al caballo el mismo día que ocurrió lo de la yegua, precisamente para evitar que se produjera otro acto de este tipo», explica, derrumbado, Figuerola.