El 15 de septiembre pasado, un exblauet de Lluc le envió un email al prior Vallespir, acusándole de abusos sexuales en su niñez y adolescencia. Al día siguiente, el sacerdote le contestó y le pidió perdón, pero sin reconocer explícitamente los abusos. Ultima Hora reproduce en su edición de papel las dos cartas, que obran en manos de la Policía Nacional y del Obispado. Se trata de la prueba de carga de la acusación en toda esta historia
M.M., el denunciante, escribe a Vallespir: «Estoy haciendo terapia. La primera pregunta que me hizo mi psicóloga fue: ¿De qué huías cuando viniste a Barcelona? Le contesté con alguna excusa barata, pero sabía muy bien porqué huí... Y supongo que tú también lo sabes. A los 34 años me he sentido víctima de abuso».
Luego, M.M. le pide que no vuelva a contactar con él: «Necesito cortar cualquier relación entre tú y yo. No quiero que me llames pidiendo por la familia, por inversiones o para felicitarme. En Lluc había una jerarquía: yo era el tímido y buen alumno y tú el profesor... ¿Cómo querías que dijera no a tus besos a las doce de la noche?, delante de 60 niños que dormían o no. Y después en La Real... Cuando te dije no, me recordaste que yo también lo quería. Y no, el adulto eras tú y yo sólo un niño adolescente incapaz de salir y decir a todos que querías tener relaciones con un menor».